sábado, 28 de febrero de 2015

Descorazonador febrero.

Sigo teniendo el blog prácticamente abandonado.
Imagino que porque sigue esa sensación de 'esto no es mío'. O sí que lo es..., pero es un juguete que no me sirve para nada. Que se quedó sin pilas y sin pilas no funciona, que no tiro porque..., porque tiendo a acumular y almacenar cosas, ese 'por si acaso algún día me hace falta'.
Sigo sin escribir, simplemente. Y quizá nunca lo había tenido tan sencillo: el portátil encima de la mesa del salón y casi siempre encendido, yo sin nada mejor que hacer.
Yo sin hacer nada.
Este mes de febrero ha sido raro. Descorazonador.
Sólo puedo salvar un momento, unas horas, una noche y parte de una tarde y parte de una mañana. Hace una semana justa, el sábado pasado.
Sólo eso en todo el mes..., bueno, no. También ha habido algún momento, algunas conversaciones. Pero poco más.
Un mes casi sin pena ni gloria, que habría sido horroroso de no ser por esos pocos instantes de luz.

Sigo sin trabajo.
Empecé el mes con una entrevista ilusionante: algo que tenía buen aspecto, condiciones económicas aceptables, algo que me podía gustar. Las sensaciones fueron buenas: sabía que me llamarían para una segunda entrevista. En medio, me metí a una formación 'selectiva y no remunerada'...para algo que al final ni me enteré de qué iba: en una semana nos cambiaron cuatro veces de campaña..., finalmente decidí dejarlo el día en que, en teoría, iba a firmar el contrato (luego supe que ni ése día ni al siguiente habían firmado nada...). No estaba renunciando más que a un empleo de seis horas, con mal horario, a hora y media de mi casa para ir y otro tanto para volver y en una zona que no me gusta nada, con un sueldo muy por debajo del de supervivencia..., y que, visto lo visto, al final igual no pasaba de unos días de contrato (por lo pronto, pasé allí cinco días, ocho horas cada día, para no sacar en limpio ni siquiera un mínimo de conocimientos en nada). No estaba renunciando a nada que probablemente pudiese encontrar si no había opciones mejores.
También el que me citasen para la 'segunda entrevista' en el proyecto que sí me interesaba hizo que me decidiera del todo a la hora de 'renunciar' a lo otro.
Esta segunda entrevista siguió ilusionándome. Como me dijeron al llamarme para esa segunda cita (en la primera y en esa llamada, quien llevaba el proceso de selección era una empresa dedicada a eso: selección de personal especializado para otras empresas) de entre unos 500 candidatos... quedábamos cuatro. Lo mismo me comentó la persona con quien ya hice esa segunda entrevista, ya en la empresa contratante: según los seleccionadores, habían recibido más de 500 currículums y habían terminado por seleccionar a cinco personas. Obviamente, en ese elevado número de candidatos se incluirían simplemente todos los currículums recibidos. Y ahí están quienes no reúnen los requisitos básicos (este tipo de ofertas llevan una serie de preguntas previas, que hay que responder en el mismo formulario donde se incluirá copia del CV y carta de presentación). Y esas respuestas ya criban gran parte de los hipotéticos interesados. Por mis cuentas..., no creo que los finalmente entrevistados fuésemos más de una cuarentena de personas. En mi primera cita éramos cinco..., así que imagino que una semana de 'grupitos' de cinco entrevistados..., lo dicho: unos 40. No creo que más.
Como digo: esta segunda entrevista confirmó que era algo que sí me apetecería. El sueldo..., pues un básico de supervivencia, y todo lo demás, lo que pudiese sumar por 'méritos propios'. Es lo que tienen los empleos donde todo está basado en resultados comerciales... El lugar, céntrico y a una hora de transporte público, trasbordos y recorrido a pie desde éstos a la empresa y a mi casa, y con posibles trasportes alternativos si un día había alguna huelga de cualquiera de los medios. El horario..., jornada completa. Partida, vale (no se puede tener todo), pero dos horas a mediodía en un barrio donde hay de todo, donde puedes coger un bus y dar una vuelta para hacer tiempo, o meterte en el Gran Almacén que está justo enfrente, o irte a leer al parque, o..., pues es un 'mal menor'.
Las sensaciones siguieron siendo buenas. Pero..., pero también me indicaron que no había fecha fija para que los seleccionados nos incorporásemos. Habría una tercera entrevista con el Director Comercial de la empresa y, a partir de ahí...
El lunes hará dos semanas de esta segunda entrevista. El pasado martes yo dejé de esperar y me puse de nuevo a enviar currículums..., con las consiguientes entrevistas.
Entrevistas descorazonadoras. Dos (una tercera se suspendió antes de hacerla). En la del viernes, la última, quedaron en pasar mis datos a la empresa ofertante (en este caso lo lleva una Ett) pero sé que no me llamarán. No por no haber pasado la entrevista (que ésa la superé 'con nota') sino porque hace dos veranos ya pasé por todo un proceso de selección de una semana con esa misma empresa... que cuando me llama para firmar el contrato lo que me ofrece tiene poco que ver con todo lo que habíamos estado tratando: ni el horario, ni las horas semanales, ni el tipo de campaña comercial, ni el sueldo, ni... Lógicamente, dije que no.
Y ahora no creo que vuelvan a llamar a alguien que ya les demostró que no iba a seguirles en el baile que a ellos más les gustase.

Me queda un mes de 'paro'. Justo. Creo que hasta el dos de abril.
Esta semana tengo que encontrar algo, lo que sea. Aun sabiendo que ese 'lo que sea' no llegará ni a sueldo de supervivencia... Pero tengo que encontrarlo.

No sé. Este mes de febrero ha sido decepcionante. Este año no me está gustando.
Y, de momento, no veo visos de que mejore.
Y, de momento, sólo salvo esos raros momentos de luz...

No hay comentarios: