sábado, 4 de julio de 2015

Ola de calor.

Dicen que es la ola de calor más tremenda por la que hemos pasado desde que se miden esas cosas.
No lo sé. Lo que sé es que llevamos diez días absolutamente angustiosos.

No duermo. Me da la una de la madrugada mirando la tele sin prestarle atención, páginas en el portátil..., da igual. Me da la una de la madrugada muerta de cansancio y de sueño, pero sin ser capaz de meterme en la cama. Y a las seis y media suena el despertador, pero la mayor parte de los días ya llevo tiempo despierta. Y entonces remoloneo en la cama casi hasta las siete, y de pronto me acuerdo que a las siete y media tengo que salir para coger el tren y... Y es media hora de locura: aseo, café recalentado con dos galletas, rimmell, dentífrico, ropa muy rápida, perfume, echar al bolso el sándwich, echar al bolso el móvil, echar al bolso la botella pequeña de agua que habré rellenado bajo el grifo un rato antes... Y salir corriendo.
No duermo. Necesito dormir.
Estoy agotada.

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