sábado, 24 de diciembre de 2016

Esta noche es Nochebuena y mañana...

Tengo en 'deberes' el intentar escribir más a menudo. Al menos, intentar hacerlo estos días en que estoy de vacaciones.
Este año se me ha pasado volando. Bueno, no: se me ha hecho eterno durante horas en que el reloj parecía no avanzar. En lunes donde el viernes era un puerto lejano que ni se atisbaba al mirar hacia el horizonte del fin de semana. En comienzos de mes que encerraban la contradicción de preguntarse cómo se había terminado tan pronto el mes anterior e intentar calcular en fines de semana el tiempo...
Pero parece ayer cuando dejé en el dormitorio-trastero la caja con los regalos del día de Reyes, que hace apenas una semana cuando salí un domingo a buscar el ramo de olivo y romero de, eso, el Domingo de Ramos que da inicio a la Semana Santa. Que llegaron y pasaron los festivos madrileños de mayo, que llegó la 'jornada reducida' que tengo en verano y, enseguida, las vacaciones. Y en la tele los anuncios de 'vuelta al cole'. Y me resulta increíble que casi hayan pasado dos meses del día de mis dulces favoritos (los huesos de santo y los buñuelos) comprados justo antes del cambio de hora que nos trae la noche cuando el reloj dice que son poco más de las seis y yo acabo de salir del trabajo...

Y de nuevo, Navidad.
Ayer empezaron mis vacaciones. Bueno, en realidad empiezan el martes, porque ayer fue viernes y trabajé y el lunes es festivo local. Me 'guardé' ocho días de vacaciones y, como en mi empresa los días se pueden coger 'sueltos' (tenemos entre 23 y 24 días hábiles de vacaciones al año), en verano cogí los 15 obligatorios en esas fecha, fraccioné uno por cuestiones personales y los ocho restantes...me dan de sí para tener festivo todo el periodo navideño.
Necesito descansar. Dormir. Pero sé que se me pasarán las vacaciones y no habré hecho ninguna de las dos cosas.
Por lo pronto, esta mañana a las ocho estaba completamente despierta y despejada. Y preguntándome porqué, cuando mi cuerpo lo que quería era seguir durmiendo.

Me temo que el próximo año será complicado. Más que éste que se va y que, pese a la mala fama que arrastran los bisiestos, no me ha sido tan  malo.
O igual sí. Pero también es posible que me esté acostumbrando a que las cosas no salgan bien.

Un día de éstos haré inventario. Pero hoy no.

Me hubiese gustado hablar con él, un ratito, anteayer, ayer... Pero tampoco pudo ser. Me consuelo recordándome que el sábado pasado pasé un par de horas a su lado.

Veinticuatro de diciembre. Esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad.
Siguen sin gustarme estas fechas.

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