domingo, 25 de junio de 2017

Esperando.

Esperando.

Esperando a que cambie el clima: llevamos cerca de un mes con temperaturas absolutamente veraniegas. Días de más de 40ºC, noches en que no bajamos de los 25ºC, mi dormitorio a 30ºC. Días en que llego a la noche agotada y me duermo por eso: puro agotamiento. Pero no descanso y me levanto igual de cansada. Y voy enlazando día con el siguiente y semana con la que acaba de terminar...

Hoy amanece nublado. Dicen que se espera una bajada de temperaturas para mediados de semana. Pero, a estas alturas, ya me cuesta creérmelo.

El ambiente laboral está raro. Pero contarlo con detalles sería largo y aburrido: son esas cosas internas que sólo si se 'vive' en ese ambiente se puede entender la explicación. El viernes se cerró con el despido 'disciplinario' (esto es, procedente, sin indemnización y con problemas hasta para cobrar el paro) de alguien que llevaba como 7 años en la empresa. Supongo que también tiene un mucho de 'aviso para navegantes': aquí nadie es imprescindible, si buscas que te echemos porque llevas muchos años y te han dicho que te corresponde un buen pellizco...podemos echarte sin darte un solo euro...

Y por otra parte, la mitad de la plantilla sigue haciendo lo que le viene en gana y no pasa nada... Y yo cada día estoy más cansada. También de hacer tareas que no me corresponden y que ni se pagan, ni se valoran (es más, tengo que escuchar como luego otras se apuntan los logros).

El jueves nos habían invitado a un 'afterwork'. En principio, fue 'a una comida' el viernes de la semana pasada, pero como nos llegó la invitación el miércoles por la tarde, y la mayoría alegamos tener otros planes..., pues decidieron cambiar fecha y horario. Y fue peor: parte del personal que había confirmado asistencia a la comida, desistió del 'afterwork'. Yo a la comida no podía ir (tenía cita en Hacienda. Incluso dije que si necesitaban que verificase mi 'excusa', lo podía hacer). Y a lo otro..., pues, en fin: era a partir de las seis y media de la tarde, mi horario de trabajo finaliza a las seis..., y eso no era trabajo. Más o menos eso alegué como motivo para no ir.
O, lo que es igual: no voy porque no me da la gana.


¿Que estas estupideces pueden influir/repercutir en lo que pueda pasar en el futuro? Pues..., la verdad es que me da lo mismo.

Estoy muy cansada.
También lo estoy en otras cosas y otros temas.

Sé que si alguien no hace nada por verte, por llamarte, no contesta a tus mensajes...es que, evidentemente, no le interesas.

Y que por mucho que haya algún espejismo que me diga lo contrario...momentáneamente, la realidad es la que es.
Hace muchos meses ya que decidió que prefería que no nos viésemos alguna vez por semana. Que dejó de llamarme (soy yo quien llamo. Luego él está disponible...o no). No recuerdo cuantos años hace que no es él quien me manda un primer sms a mí. Muchos ni los responde, cada vez más a menudo.

No sé qué debería sorprenderme de todo esto.

Un mes después, entiendo que nuestro último encuentro (cinco meses y medio después del anterior)  fue un espejismo. O quizás una forma, por su parte, de confirmarse que no le intereso. Y yo lo entiendo y le entiendo: cómo va a tener el menor interés en alguien como yo, fea, gorda, vieja, sin el talento o el ingenio o el loquesea de la gente que le gusta a él (hace mucho que también desistí en intentar llegar un día al nivel superior en que siempre se ha movido, culturalmente hablando).

No me arrepiento de haberle vuelto a ver. No puedo dejar de sentirme feliz por ello. Pero hoy, un mes después, tengo perfectamente claro que fue un espejismo. Sin más.
Y que no cambió nada en su desinterés por mí.

Estas fechas siempre son raras en mi vida... Comienzos y finales.
Es más: comienzos y finales que no detecto en esos momentos mientras pasan, pero que se van revelando con el paso de los días, de las semanas... Supongo que está pasando algo. Y que lo sabré cuando mi mundo haya dado un giro, mire hacia atrás...y tenga claro que aquel detalle insignificante (o no) fue la piedrecita que inició la ruptura del cristal.

Hoy amaneció nublado. Con esos cielos grises que tenían aquellos domingos, o sábados, o incluso otros días de la semana en que él despertaba a mi lado...

No hay comentarios: