domingo, 23 de julio de 2017

De domingo a lunes. Otra vez.

Domingo noche. Lunes dentro de un rato.

Y en menos de siete horas, otra vez en pie. A empezar otra semana que, sé, a ratos se me hará eterna...y cuando mire hacia atrás desde el domingo, veré que se me ha vuelto a pasar en un soplo.

Sigo permanentemente cansada. Me quedo dormida en el sofá ante la tele encendida (que muchos días se apaga sola y otros no. Y no entiendo el criterio...ni me voy a molestar en investigarlo. Total, en más de dos años juntas aún no me he molestado en grabar en orden los canales...) por agotamiento. Y me levanto tan cansada como me acosté. Incluidos los sábados y los domingos.

No encuentro motivación alguna en lo que hago. Bueno, sí, en que me pagan puntualmente por ello a final de mes, y que ese dinero me sirve para pagar alquiler, suministros, ropa, algún capricho... Pero no me motiva para nada. Como no encuentro motivaciones para ahorrar (aun así, intento hacerlo: conozco 'las vacas flacas', sé lo que es tener que sobrevivir gracias al ahorro personal).

Deseo que pasen las próximas tres semanas para empezar mis vacaciones, simplemente para intentar descansar. No voy a salir a ningún sitio, no voy siquiera a ir a la piscina. Son vacaciones para, simple y llanamente, no ir a trabajar. Sin más.

Como decía: me falta motivación. Me faltan ilusiones.

Desde ayer, además, ya no me cabe la menor duda en que le da exactamente igual saber de mí o no. Le da igual que llame o que no lo haga.
La verdad es que tampoco grandes dudas al respecto, pero supongo que me faltaba escuchárselo decir. No fue con esas palabras, pero sí que él no me va a llamar. No siente la menor necesidad de hablar conmigo.

Sé que tras algo tan claro debería dejar de llamarle.
Sé que no voy a hacerlo.

Es complicado que encuentre la más mínima ilusión, el menor estimulo, ante la idea de empezar otra semana dentro de unas horas..., muy complicado, cuando lo que me apetece me es inalcanzable. Cuando cada vez me siento más culpable por querer algunas cosas, por hacer algunas cosas.
Por saber lo que tengo que hacer y no ser capaz de hacerlo. O de dejar de hacerlo, llamando a las cosas por su nombre.

Dejándonos de eufemismos tontos de una vez.




No hay comentarios: