martes, 24 de octubre de 2017

Posibles últimos capítulos.

Escribir siempre me ha sido una terapia.

Debería escribir para sacar de dentro la basura que me va llenando la cabeza y el ánimo. Lo sé. Pero suelo llegar tan cansada, tanto, a casa...que no me apetece escribir.
Además, he desarrollado la capacidad de desconectar en cuanto salgo por la puerta del edificio de oficinas en que trabajo. O, lo más tardar, en cuando cojo el bus...

No pienso, no recuerdo, no me preocupo. Pero eso tampoco hace que se me vacíe la cabeza de porquería.

Debería escribir. Volcar aquí lo que siento, como he hecho tantas otras veces.

Pero estoy muy cansada. Y muy sola. También en este mundo virtual.
Y ni siquiera sé si quiero seguir teniendo abierto este blog.

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