jueves, 22 de febrero de 2018

Un trecho más de desierto.

Y cuando piensas que las cosas no pueden empeorar, yendo a trabajar echas un vistazo al móvil en el metro. Con desgana, sin interés real  y casi por hacer algo.  Poca cobertura, cinco grados de temperatura en el Barrio de la Concepción. Deslizo el dedo para desbloquearlo y aparece en pantalla, sin buscarla, esa red social que todos conocemos.

Y, cuando piensas que en esta semana de mierda ya no puede pasar nada que la empeore, te desayunas  con la noticia de que, además, se ha muerto Forges.

Y entiendes, una vez más, que siempre se puede ir a peor. Que nos invade un trecho más de desierto.

Y que esta mañana todos nos hemos despertado estando más irremediablemente solos. Y más huérfanos.

No hay comentarios: