martes, 5 de enero de 2021

Carta a los Reyes Magos (pese a todo).

 Queridos Reyes Magos...
Sí: este año y pese a todo también hay Carta de Reyes. 'Pese a todo' porque cada vez escribo menos y más de tarde en tarde. Y 'pese a todo'...por lo que ha sido este último año, por todo lo que ha pasado desde la anterior 'Carta de Reyes'. Lo que ha pasado y lo que no ha pasado. Este año casi en blanco.
Pero, quizá también por algo de superstición, no puedo dejar de escribir mi carta.

Queridos Reyes Magos:
Si de algo estoy segura este año es de que no he podido ser mala. Aunque hubiese querido serlo (que no es afirmación ni declaración  de intenciones, sino hipótesis) no he tenido oportunidades. Y no precisamente por falta de tiempo...que qué os voy a contar a vosotros en relación a todo el tiempo para dedicárnoslo a nosotros mismos que este año hemos tenido todos, a nivel casi mundial.
No he sido mala. Y sí muy obediente. Me quedé en casa tras una semana de rebeldía, y llegó un momento tres o cuatro semanas más tarde que ya no me apetecía ni asomarme a la terraza. Salgo a la calle con mi mascarilla y mi gel hidroalcohólico. Evito las multitudes. Lavo la ropa tras cada uso (o al menos la pongo a ventilar cuando llego a casa). Y en todo lo demás...pues me porto bien. 
Como siempre, por otra parte. Hace muchos años que empecé a ser una niña obediente...y en ello sigo.
Por tanto, creo que merezco alguna de las cosas que os voy a pedir.
Bueno, no: lo primero es agradeceros que me trajerais lo que más falta me hacía: trabajo. Me trajisteis un buen trabajo (o al menos, de aspecto muy aceptable) justo, justito antes de que todo el desastre pandémico y precursor de confinamientos empezase. Y, aunque he estado dos meses, dos, en un erte total y con unos ingresos que...en fin, un mes aún no lo he cobrado, esa casualidad de firmar un contrato a principios de marzo hace que tenga trabajo a estas alturas. Porque de no haber sido así, ya tampoco tendría paro que cobrar. Por tanto: mil gracias por el regalo.

Este año...pues vuelvo a pediros trabajo. Mejor dicho: necesito ingresos económicos. Por tanto, mi deseo es que este trabajo se vuelva, por fin y de una vez, productivo. O que, en su defecto y si no es posible, me consigáis otro que sí me proporcione ingresos. Llevo año y medio tirando de ahorro personal para completar los gastos mínimos mensuales...y miedo me da ver el próximo extracto bancario. Necesito, por tanto, ganar dinero.
Ya sabéis que el esfuerzo laboral nunca me ha asustado. Simplemente quiero que se traduzca en lo que debe traducirse un trabajo: un sueldo acorde. 
Me gusta el horario del que tengo, el entorno, que tenga luz natural, todo eso. Y por ello vuelvo a agradecéroslo.
Por supuesto, también os pido salud. Que me mantengáis la que tengo y, a poder ser, no me deis otro susto como el del pasado mes de enero. Que luego quedó en nada...pero...

En realidad, este año me he vuelto muy, muy poco ambiciosa. 
Con el trabajo y la salud me conformo.
Como otros años, agradeceré no tener grandes gastos en casa: ya sabéis lo que me estresan las averías, las roturas inesperadas. No quiero que se me rompan las cosas, que se me estropeen los electrodomésticos, ni los equipos informáticos. No solo no me lo puedo permitir económicamente, sino que me estresan enormemente. 
Por tanto, también os pido que me siga durando este contrato de alquiler. Y que el pago a Hacienda de esta próxima primavera no sea muy terrible.

Y... Y como otros años, os agradezco y os pido que alguna mañana despierte a mi lado. 
En este año tan, tan complicado para todo, han sido dos noches. Que me debería parecer muy poco (en realidad, siempre me parecerá poco porque algo en mí sigue estando seguro de que quisiera despertarse a su lado cada mañana del resto de mi vida) pero con lo que ha sido este año..., que finalmente hayan sido dos noches me parece una barbaridad.
Este año mi deseo es, claro, más noches encontrando el calor de su cuerpo en mi cama, viéndole a mi lado al despertar. Sé que nunca será del todo..., pero me conformo. Y por eso sé que deberé renovar mi petición cada año, como pienso en él cada día.
Por supuesto, también pido salud para él. Me sigue preocupando mucho su salud.
Y también os pido salud y trabajo para los míos, claro.

Y..., y nada más, queridos Reyes Magos. Vosotros decidiréis si merezco algo más, que si es bueno será bien recibido.

Por descontado, os pido que termine de una vez esta pesadilla que llamamos pandemia. Que se acabe, que deje de faltar gente. Que podamos volver a tocarnos, a abrazarnos y perdamos el miedo. 
No voy a hablaros más de ello. Ya entendéis cual es mi deseo.
Y, como siempre, los deseos de paz mundial y todo eso que a veces suena a tópico...

Os dejo polvorones y mantecados, mermelada de arándanos, chocolate con avellanas, vino de Rioja y plátanos: podéis compartirlo con los pajes, aunque a éstos igual les gusta más la leche que el vino. Y para los camellos, que me gustan tanto,  heno, zanahorias, manzanas y todo el agua que quieran. Sabéis donde está: los alimentos virtuales son fáciles de encontrar. 

Poco más que añadir. Agradeceros de nuevo los regalos que me hacéis cada día. Incluso de los que no sois ni soy consciente, pero están ahí.
Abrigaos: dicen que se avecina la mayor nevada de los últimos años. Aunque, ahora que lo pienso...seguramente la nevada, si llega, será un regalo vuestro. Un detalle para este año en que no vais a poder dejaros ver por las calles de Madrid.

Agradecida y siempre vuestra, bruxana (o A. S. T.)

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