Trabajo desde los 18 años (recién cumplidos). De forma continuada, con los breves y normales espacios de desempleo, siendo el más extenso el periodo entre finales de 2007 y comienzos de 2009.
He tenido trabajos que me han gustado más que otros. Algunos en que empecé sin demasiadas perspectivas y que luego fueron una grata sorpresa y otros que empezaron rodeados de grandes planes y que en unos meses se desinflaron como un globo. Sitios donde me lo he pasado mejor que en otros, donde he aprendido cosas o las he enseñado. Con horarios criminales y sueldos de mera supervivencia.
Pero, hasta esta semana, creo que nunca había experimentado la sensación de tener miedo a ir al trabajo.
A un trabajo en el que empecé con muchas ganas, en que entré en un erte al mes de empezar (y ya con todo el país confinado y tras tener que pasar a teletrabajo a las dos semanas de firmar el contrato), en el que llegué a estar días trabajando completamente sola en una oficina enorme...y sin la menor desconfianza por parte de la empresa.
El viernes, y aunque trabajé desde casa (como todos los viernes, normas de la empresa) fue una pesadilla.
Mañana tengo que ir a la oficina. Y siento miedo.
Debería tomar una decisión, alguna decisión, al respecto.
Pero el miedo bloquea, lo sé. Y más aún cuando es injustificable, cuando no es por algo concreto, cuando no es miedo a haber hecho algo mal y ser, qué se yo, reprendida por ello.
Esto no tiene el menor sentido. Nadie debería tener que ir a trabajar con miedo.
domingo, 18 de julio de 2021
Miedo laboral.
Etiquetas:
2021,
calor,
incertidumbre,
indecisión,
miedo,
miedo laboral,
mobbing,
sin futuro,
trabajo,
trabajos absurdos,
trabajos basura,
verano
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario