sábado, 10 de diciembre de 2022

Y pasarán muchas semanas...

 Me hubiese gustado verle antes de terminar el año, antes de lo que va a ser una inmensa pausa, una larga ausencia. Me hubiese gustado mucho.
Verle siquiera un ratito, lo que se tarda en tomar un café. Nada más que eso. 
Pero sabía, sé, que no iba a ser posible. 
Simplemente por algo tan básico como que no soy parte de su vida. No de esa parte que a mí me hubiera gustado ser. 
Me quedó perfectamente claro hace casi cinco años. Y si por no hubiese quedado tan, tan claro, volvió a recordármelo hace algo más de un año. Las dos ocasiones en que le ocurrió algo grave y me dejó fuera de su vida. Sin más. 
Me hubiese gustado verle. En realidad, a mí siempre me gusta verle, siempre me apetece. Pero aprendí hace mucho que no puede ser. Que no podía ser.

Ahora lo único que quiero es que todo salga bien. Que esté bien. Le quiero y que esté bien es mi deseo prioritario. Siempre lo ha sido, pero curiosamente cuanto más claro he tenido que no soy parte de su vida, más me ha importado él, más claro he tenido que lo que quiero es que esté bien. Con quien sea, con quien quiera, pero bien.

Hace más de un año tuve claro que no volvería a despertarme a su lado. No hay nada que me guste más que eso: abrir los ojos en medio de la noche y saberle a mi lado, despertarme cuando ya hay luz y verle. No hay nada que me produzca esa sensación de paz..., o, no es paz exactamente: es la sensación de que en esos momentos todo está bien, que no puede pasar ni pasarme nada malo. Pero tuve claro que eso no volvería a repetirse. 
A veces me digo cosas como 'no volverá a repetirse...en bastante tiempo'. Pero siento que me estoy autoengañando, sin más. Tiritas en el alma para disimular puñaladas. 
Este año nos hemos visto cuatro veces. Todo un récord, teniendo en cuenta las circunstancias...y el 'histórico' de los últimos años. Desde que me planteó la idea de venir a mi casa..., ya entendemos los dos para qué, tuve claro que no podía, que no debía, quedarse a pasar la noche conmigo. Y no porque a mí no me apeteciera (imposible que algo pueda apetecerme más con respecto a él) sino por él. Por su comodidad física. Y debo admitir que él sí planteó quedarse a dormir conmigo, hacer la prueba 'a ver qué tal se encontraba'...pero no, no quise permitirlo. Porque yo sí tenía claro que no iba a estar cómodo. 
Y nada me importa más que él. 

Hay muchas razones por las que nunca, hasta este año, quise que se fuese a dormir a su casa (o donde sea, a cualquier sitio donde se pudiese ir) tras estar conmigo. No quería con él ese tipo de encuentros: llegas, estar un rato, nos vamos a la cama, te vistes y te vas. No, no con él. 
Pero este año no quise que se quedase, no quise que intentase a ver qué pasaba, cómo se encontraba. Y no por mí (a mí me habría gustado cuidarle el resto de mi vida) sino porque precisamente por eso, porque le quiero, sabía que lo más cómodo era llegar, estar un rato, irnos a la cama, vestirnos y acompañarle hasta el lugar donde ya tuviese que dejarle ir solo. Hasta el punto donde su vida es algo donde yo no tengo cabida, donde yo no existo. 

Ahora solo quiero que todo salga bien. Que todo salga bien para él. 
Sé que lo van a cuidar. No sé exactamente quienes, no conozco a nadie de su entorno, pero sé que siempre hay alguien que le cuida y que ahora con más motivos lo van a cuidar.
Sé que van a pasar semanas sin saber nada de él y que, aunque me quiera empeñar en no pensar en ello, esa falta de noticias me va a doler. Sé que pasarán aún más semanas, meses, antes de volver a escucharle. Y que aún serán muchas más semanas y más meses antes de volverle a ver. Pero lo único que quiero es que esté bien. Incluso si no volviera a verle, lo único que me importa es que esté bien. 

Llevaba tiempo sin llorar. He conseguido no llorar mientras hablaba con él por última vez esta tarde.
Pero ya no está. No está a mi lado en el sofá, no estará a mi lado en la cama, no está al otro lado del teléfono. 
Y ya da igual si lloro o no. Y, aunque ni siquiera me sirva de desahogo, llevo un rato sin ver la pantalla porque no puedo dejar de llorar, como no puedo dejar de quererle ni de echarle (ahora, cada día, cada noche) de menos. 

No hay comentarios: