sábado, 27 de julio de 2024

En ninguno de los días o noches que vendrán.

 Curso de Márketing Digital terminado.

Exámenes hechos. Me ha llamado la atención que en el tipo test las preguntas se cargasen de forma aleatoria. Explico. Había dos intentos. En el primero, pese a aprobarlo, he pensado que igual podía mejorar la puntuación…así que le he dado a 'reintentar'. Y las preguntas eran otras. Sí: he mejorado sustancialmente los resultados. Todo bastante meritorio cuando ni me he leído el temario…
El otro ejercicio ha sido una especie de prueba práctica. Plantear una serie de hipotéticas acciones de márketing, todo muy técnico. Un par de folios y medio. Cargar en el sistema y punto. Y responder, ya que estábamos, un cuestionario del SEPE, que financia estos cursos.

Otra cosa más. Otro curso a sumar a la docena larga que ya tengo. Creo que ni me molestaré en imprimir el diploma, como no imprimí otros (Prevención del Fraude y el Blanqueo de Capitales, por ejemplo). A estas alturas ya sé que no sirven para nada práctico.

A las ocho y media ya estaba en pie. Regando las plantas. Mientras se hacía el café he encendido el portátil que uso para estas cosas (está más vacío que el habitual, el que estoy usando ahora mismo, por ejemplo). Se ha puesto a actualizarse: cerca de una hora. He desayunado en algún momento, leche con café para mojar medio tazón de cereales integrales. Ni ayer ni hoy he desayunado-comido-cenado en condiciones. Cosas simplemente para matar el hambre antes de sentirla.

Hace demasiado calor.

Ayer por la tarde enchufé un rato el ventilador. Ése que compré hace casi tres veranos, en un tórrido mes de agosto y porque iba a venir a dormir conmigo. Yo soportaba el calor, pero la idea de que él viniese y pasara calor, cuando se anunciaba 'ola de calor sahariano' me pareció inconcebible.
No vino la noche en que dijo que vendría (y para la que días antes estuve a punto de decirle que mejor no, cuando tras una broma mía tuvo una salida de tono que no venía a cuento) pero sí a la semana siguiente.
Fue la última vez que durmió en mi cama.

Alguna vez, días y hasta semanas más tarde, dijo que esa noche había estado muy desagradable y hasta grosero conmigo. No sé, no lo vi así. Sí que estaba incómodo. Lo achaqué al calor sofocante. De hecho, el día antes le planteé que si no le venía bien…lo aplazábamos de nuevo.
No quiso aplazarlo, pero no estaba cómodo. Imagino que simplemente quería estar en otro sitio, en otra cama y con otra persona.

Fue la última vez.
No hubo otra oportunidad, imagino que no la quiso propiciar.

Esa noche estuvo el ventilador funcionando, primero en el salón, luego en el dormitorio. Intentando que no pasase calor. Sintiéndome culpable por no poder ofrecerle otra cosa, por haberle sacado de su casa y la comodidad del aire acondicionado, algo que yo no tenía ni tengo. Sólo tenía ese ventilador de torre que había comprado días antes pensando en él.
Después de ese día lo he empleado muy poco.
Ahora está ahí, oscilando a mi izquierda mientras escribo esto sentada en el sofá. Sofá en el que él nunca volverá a estar.
Tampoco. Como en mi cama. Como en ninguno de los días o noches que vendrán.

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