Planes para dos semanas sin plan alguno.

Planes/Proyectos para los días de vacaciones:

-Desguazar y aserruchar un sofá viejo.
-Hacer limpieza y ordenar el mueble bajo de la cocina, tirando todos los táper de plástico que aún sigan ahí.
-Barrer (a fondo, retirando y colocando de nuevo las macetas) la terraza.
-Pedir una bombona de butano.
-Tirar el sofá una vez desguazado: tela, cojines, estructura de madera troceado…
-Ordenar la mesa del comedor: necesitaré una bolsa de basura grande y pocos miramientos.
-Ordenar el lado izquierdo de mi cocina: dos bolsas de basura y ningún miramiento (bolsas de papel, algún paquete de galletas y alguna lata de refresco que seguro pasó de fecha…)
-Limpiar a fondo la alfombra del salón: cepillar bien a mano, pasar aspiradora varias veces, aplicar espuma para limpieza de alfombras… (el proceso conlleva mover la mesita y las cestas bajo ésta y colocarlo de nuevo a las cuatro horas, cuando se seque).
-Poner pilas al reloj de diseño de la cocina y el de madera de olivo del salón.
-Tirar bolsos estropeados (sin miramientos, por mucho cariño que tenga a alguno. Se están despellejando y no los voy a usar).
-Lavar la funda del sofá, las mantitas, la colcha que tapaba el sofá que habré tirado. Lavar y planchar los cojines que me vaya a quedar, tirar los otros.
-Ordenar el banquito-baúl del recibidor. Tirar, sin miramientos, revistas y suplementos dominicales (bolsa y al contenedor, bolsa y al contenedor…)
-Elegir cual de los dos silloncitos de madera y polipiel, esos que hace 20 años me traje de la oficina, pongo en el nuevo espacio libre del salón.
-Vaciar el cajón de la ropa interior. Dos bolsas: una donde tirar lo que evidentemente está deteriorado, otra donde poner prendas que están nuevas pero no me sirven por talla y que irán al contendedor de donación. Guardar ordenado lo que me quede.
-Ordenar la cesta del baño. Tirar lo que no voy a usar (bodymilk, anticelutíticos, autobronceadores…) por nuevo que esté.
-Lavar y planchar la colcha de seda del baúl. Lavar, planchar y guardar bien plegaditos pañuelos de seda y foulares (ya no voy a poder volver a jugar con ellos a vendarle los ojos).

-Y…, y me tengo que hacer este listado en un cuaderno para ir tachando, para intentar hacerlo todo. Leerlo, elegir tarea, ponerme a ella, tachar tarea.

Hay más cosas. Ordenar las dos habitaciones donde no duermo ni duerme nadie y en las que reina el caos desde hace años: dos bolsas de basura y llenarlas y bajarlas al contenedor; muchas revistas viejas: bolsa resistente de tela, llenarla, bajar al contenedor de papeles, vaciar la bolsa, subir a por más…

Planes para dos semanas sin eso, plan alguno. Para la última quincena de agosto, que es la que he seleccionado para mis obligatorias vacaciones laborales.
Planes en que por primera vez en las vacaciones de los últimos catorce años no puedo incluir verle, porque eso ya me lo dejó claro: imposible venir a Madrid en agosto. Y aunque alegue que 'no puede', la realidad es que no quiere porque querer es poder…y él hace mucho tiempo que dejó de tener el menor interés en verme.