miércoles, 19 de agosto de 2015

Avanzando en vacaciones.

Y mis vacaciones avanzan hasta estar a punto de terminarse.
Y tampoco he hecho gran cosa 'de provecho'. Intendencia doméstica (sin excesos). Dos días dedicando la mañana a pintar la barandilla de la terraza. Otros dos ratos de repasar la silicona de las juntas de la bañera. Lavadoras, fregar platos, ordenar..., esas cosas que se hacen todas las semanas, pero en estos días a otro ritmo.
Quizás intento poner orden en mi entorno, un poco más de orden del habitual, porque por dentro me siento cada vez más desordenada. Y a ratos, más vacía.
Siento que se me van los días, las semanas..., los años..., y que sigo en el mismo punto. Y sin ganas ni ánimos para cambiar.
Nunca le di una excesiva importancia al dinero. Ni siquiera en los años en que sí ganaba lo suficiente...como para ahorrar y vivir de ese ahorro durante casi dos años en que no tuve ingresos, y sí unos gastos bastante elevados. Pero ahora tengo claro que para poder iniciar ese cambio..., mejor dicho, para poder afrontar los posibles cambios, necesitaría dinero. Y con el sueldo de mera supervivencia que tengo, eso es lo único que puedo hacer: sobrevivir.

Tengo otras cosas en la cabeza, otros temas de los que quisiera poder escribir. Tener el tiempo, las ganas y, sobre todo, las palabras para poder escribir sobre ellos. Pero no será esta noche, en que vuelvo a sentirme cansada.

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