domingo, 31 de enero de 2016

"Vivir es un accidente: un ejercicio de gozo y valor..."

Sábado muy complicado para terminar un mes de enero que ha pasado veloz en su conjunto, aunque lento en el transcurrir de algunos días.
Anoche me adormecí en el sofá, ya muy tarde y por muy poco tiempo. Al despertar y aplicar la rutina: apagar televisor, portátil, ir un momento a la cocina a beber algo de agua fresca y creo que un analgésico...por un momento pensé que el día y sus acontecimientos habían sido un sueño. Que hoy, ese día siguiente fuese el que fuese, despertaría...e igual ni siquiera era un domingo de enero de dos mil dieciséis...
Pero sí lo es.

A media tarde del sábado una amiga me comunicó por guasap el fallecimiento totalmente inesperado de alguien de mi pasado laboral reciente. No, no era un amigo. No sabía nada de él desde hace unos dos años, no le había vuelto a ver desde que dejé de trabajar en la empresa donde coincidimos, a pesar de tener conocidos comunes... Pero sí era alguien a quien apreciaba, a quien aprecié el tiempo que pasamos en la misma empresa, en la que él era en el fondo mi jefe. No sé si conmigo tuvo algún mal gesto (tengo excompañeros que sí recordaban..., no ayer, claro, detalles que no les gustaron) pero no soy capaz de recordarlos. Todo lo contrario. De él me quedé con su último detalle conmigo: el último día que trabajé allí, en que decidí irme sin montar la escenita-despedida que muchos organizaban. Preparé un email a enviar a toda la empresa, con unos enlaces a videos musicopeliculeres, un texto de despedida... Y lo último que hice fue dar al enviar y apagar el equipo informático, ya con el abrigo colgado del hombro...
Salió corriendo tras de mí (evidentemente había estado observándome) con un 'De mi no te vas a escapar sin despedirte'. Y es lo único bueno que recuerdo de aquel despido pactado en que la empresa buscó las vueltas para ahorrarse cualquier tipo de indemnización: que él miró si había alguna posibilidad de arreglar aquello, que se puso a mi disposición para si en algún momento yo necesitaba recomendaciones para un trabajo ('te escribo una carta o se la mando a quien me digas, o que me llamen, o si tienen que reunirse conmigo, me llamas y me lo dices: lo que te haga falta si te hiciese falta, que estoy seguro de que a ti no te va a hacer falta nunca').
No, no me ha hecho falta. Pero aunque un día me la hiciese, ya no podrá ser nunca. Y ya no podré, eso que a veces casi estuve segura, volver a encontrármelo en cualquier empresa, en este devenir laboral en que una va encontrándose contactos, enlaces, grados de separación...

Me ha dado muchísima pena.
Un infarto, al parecer. En alguien que aún era demasiado joven. Que hasta tenía algún año menos que yo...
Creo que no derramé una sola lágrima porque ayer ya no me quedaban.

Pero ahora es domingo por la mañana. El último domingo de un enero que termina quitándome, otra vez. Aute en la radio canta 'De paso': "vivir es un accidente, un ejercicio de gozo y valor".

Y ahora que es domingo y sé que nada de lo que pasó y no pasó y sentí y confirmé y supe fue un sueño, que es verdad, me doy cuenta de que puedo volver a llorar.

No hay comentarios: