jueves, 3 de marzo de 2016

De febrero a marzo.

Días complicados. Anímica y laboralmente hablando.
Febrero ha sido demasiado largo siendo el mes más corto del año. Marzo apenas lleva tres días y ya me parecen semanas.
No sé.
Me repito que al menos económicamente hablando me ha compensado. Aunque tampoco estoy segura de que esa afirmación sea real: creo que es una especie de mentira que me cuento para justificar el que no me ponga ya mismo a buscar otra cosa.
Pero sí: creo que económicamente hablando me ha compensado (pero no lo disfrutaré hasta dentro de un mes). Compensar en el sentido de ir a cobrar un poquito más que el mero sueldo de supervivencia. Aunque luego entre las retenciones fiscales y que todo esto puede derivar en que lo que ahora pueda estar cobrando 'de más' se ajuste completamente a ese término y el año que viene me toque pagar a Hacienda lo que pueda haber ahorrado..., pues eso.
Que no sé si me compensa, la verdad.
No me ha gustado este febrero.
Un mes que ya empecé siendo consciente de que no le iba a ver. De que probablemente pasará mucho antes de volver a verle... si le vuelvo a ver. Y un mes que, pese a eso, he pasado preocupada por él.
Porque si algo no puedo evitar es quererle.
Soy plenamente consciente de no haber sido nunca nada para él. De que si hemos tenido algo..., no ha sido en plural: yo sí he mantenido una relación con él. Soy absolutamente consciente, pero eso no hace que dejen de dolerme algunas cosas a la que ni siquiera sé poner nombre.
Pero también sé que no tengo absolutamente nada que reprocharle.


Febrero complicado que no desemboca en un marzo fácil. Final del invierno en un año donde ese término sólo ha sido una palabra.

No hay comentarios: