domingo, 7 de agosto de 2016

Caos personal.

Semana laboral tan corta como complicada.
Y tan larga hasta de resumir...que mejor ni lo intento.
Siguen cruzándoseme por la mente nubarrones negros a los que me niego a poner nombre. Agosto es un mes...raro...

El calor madrileño sigue llegando a cuotas insoportables. El jueves fotografié (como rareza) un termómetro de calle que marcaba a las cuatro 51ºC. Entiendo que un poco averiado..., pero sólo un poco: los que me fui encontrando por la zona marcaban 47ºC, 48ºC...y no creo que estuviesen todos igual de enloquecidos. Además, el aire era poco menos que irrespirable.

Sigo con el 'horario laboral de verano' que me permite salir de trabajar a las tres de la tarde. Sigo sin aprovechar ese horario para volver enseguida a casa: me demoro viajando en bus por Madrid, supongo que buscando instintivamente el aire acondicionado, emborracharme de la luz natural que me falta en el entorno laboral y que echaré aún más en falta en unos meses, cuando salga de casa aun de noche y mi horario de salida del trabajo, seis de la tarde, apenas me deje unos minutos de luz solar...

Intento ordenar mi entorno físico. Pero veo que no me cunde: termino de recoger un rincón y a mi alrededor sigue el caos. Y ese caos físico sé que no hace mucho por mejorar mi caos mental.

Cinco madrugones e inicio el periodo vacacional veraniego. Mis compañeras miden el tiempo que falta para las vacaciones así: en madrugones. Igual que miden los días que faltan para el horario de verano (el actual) en tuppers. Pero como yo sigo sin llevarme al trabajo más comida que un sándwich...no puedo emplear esa unidad de medida.
Mi desbarajuste alimenticio alcanza niveles épicos: café antes de salir de casa (no me entra nada más y no soy capaz de obligarme), bollito que compro algunos días antes de subir a la oficina, con intención de que sea mi desayuno...y que no lo es hasta casi la una del mediodía, que es mi 'pausa' del día, cocacola fría que doy de sí toda la mañana, bebidas isotónicas con cualquier chuchería (gusanitos de queso, palomitas sintéticas...) o unos frutos secos cuando llego a casa a partir de las seis, comida-merienda-cena entre las ocho y las nueve, algunos días un vasito de leche de soja antes de irme a la cama...algunos días tras haberme quedado dormida en el sofá y despertar a más de la una... Absoluto desbarajuste. Caos también en ese aspecto de mi vida.

Sigo sin verle. El año pasado una de mis 'rutinas veraniegas' era hacer tiempo un par de días por semana para que saliera de trabajar y acompañarle. Este año sigue sin poder ser, sigo sin poder hacerlo... Sigue sin tener la menor intención de hacer por verme, diciéndolo claro, diciéndomelo claro a mí misma.

Empiezo mañana mi cuenta atrás hacia las vacaciones. Algunos días casi me da miedo levantarme de la cama. Cuenta atrás igual hacia el desastre...
Caos en este mes de agosto tan ordenado, que empezó en lunes.

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