sábado, 21 de enero de 2017

Veintiuno de enero.

Este año no pedí un deseo al soplar las velas de mi tarta de cumpleaños.
Tampoco se habría cumplido: por primera vez en mi vida no conseguí que todas se apagaran de un solo soplido.

Tampoco pedí un deseo con cada uva.
A decir verdad, olvidé que hubiese que hacerlo, que tuviera que hacerlo, en las dos circunstancias. Que en mi caso se dan seguidas: esa noche el postre de la cena es mi tarta. A continuación, siempre 'nos dan las uvas', literalmente.
Este año no hubo deseos. Pasé de un año a otro sin apenas darme cuenta. Como si no quisiera hacerlo. O como si ya lo hubiera hecho...no lo sé.

Terminé el 2016 y empecé el 2017 triste. Íntimamente, profundamente triste. Empezando un año sin planes, un futuro sin futuro.

Hoy sé, también, un motivo de esa tristeza, de esa sensación de catástrofe inminente. Íntima.

Hace tres, cuatro horas he hecho la cama con sábanas recién lavadas y recién planchadas. Mi dormitorio huele a lavanda, a jabón de lavar, al calor de la plancha sobre el hilo de algodón. He quitado la colcha de crochet, he puesto como sobrecama la que tiene unas flores raras amarillas salpicando la superficie marfil. He sacado el edredón.
Creo que hace mucho que no era tan consciente de mi soledad. De que dormiré sola. Probablemente cada una de las noches del resto de mi vida.

La semana que viene descoseré la funda de la almohada suplementaria, la vaciaré, lavaré, coseré de nuevo y meteré en su bolsa de plástico. Y guardaré en el armario pequeño, indefinidamente.
Quizá también para el resto de los días y las noches de nuestras respectivas vidas.

Ayer fue veinte de enero. Nunca fue una mala fecha para empezar una nueva vida.
Pero nunca pensé que un día pudiera serlo para dar por terminada la única que, de veras, me hubiese gustado que fuese la que llenase el resto de mis días. De ésos sin deseos ni planes, de ésos que me son tan ajenos que ya ni me importan.

1 comentario:

Sir Refusenik dijo...

Hola Bruxanna, tu texto me llegó hasta lo más hondo, que bien descrito todo por Dios, y con que gusto y mimo en las palabras, me encantó a pesar de su contenido triste, de la tristeza que te embarga en estos momentos, se que mirar las penas de el de al lado no sirve, pero aún así aunque solo sea por acompañarte en sentimiento te diré que yo acabé y empecé el año igual que tu, sin futuro alguno, al menos no uno liviano, sino más bien lo contrario, pero ¿sabes qué?, tómate cada día como si fuera una vida, así el día que te vaya mal podrás decir con la boca bien llena: "Que vida de mierda", y el día que te vaya genial, pues tendrás una vida fabuloso, aunque solo sea ese día pero será tuyo. Bueno no se si estas líneas consiguieron animarte o desanimarte más aún jajaja, espero que no sea el caso.

Te echamos mucho de menos en la comunidad, han habido cambios estéticos, funcionales y van apuntándose más miembros, que sepas que sigue en funcionamiento, te espermos.

Besotes

Sir Refusenik