martes, 18 de julio de 2017

"Hasta que descubro que estoy hablando sola..."

Cuando se vive dentro de un inicio de conflicto emocional, hay que evitar algunas músicas, algunas canciones...
Esta es la teoría, y la conozco. Otro tema es aplicarlo en la práctica.
Error que, como en otros muchos temas, sigo cometiendo.

Que para otras cosas y otras dudas el océano de las vacaciones (respectivas y en fechas colindantes) es la mejor solución, también lo conozco tanto en teoría como por propia experiencia. Y tengo una confianza ciega en su efectividad. Hoy ya tengo la certeza teórica, en mes y medio comprobaré los resultados prácticos.

Este remedio sólo funciona cuando algo está muy, pero que muy en sus inicios. En esos inicios desdibujados en que empiezan las cosas, ésos que son como un trazo y que se pueden borrar con un poco de lluvia, con unas migas de pan o simplemente soplando, depende sólo del material del inicio de ese dibujo. Es como arrancar algo que vemos brotar del suelo: si apenas está germinando, con un tirón o dejando de regar, el problema desaparece. Pero, si la semilla ya ha enraizado..., también podremos arrancar la planta, pero será más difícil e incluso podemos no lograrlo.

Por suerte, creo que algunas cosas apenas son esbozos. O ni siquiera eso. Efecto del calor, un espejismo tonto que nos muestra un falso oasis en el desierto de estas semanas, de estos meses complicados.
Nada que el verano y sus consiguientes vacaciones no puedan eliminar.

Vanesa Martín es maravillosa. Pero escuchar alguna de sus canciones con los auriculares que aíslan de la realidad del metro en hora punta, y entender que esa letra habla de una..., no es el mejor remedio para nada.
Aunque yo tampoco buscaba un remedio esta mañana. No buscaba nada. O, si acaso, ese aislamiento sonoro del desagradable entorno cotidiano.

He terminado llorando, porque esa letra hablaba de lo que sé que no tengo ni tendré.

(...)"Te sentí tan dentro que a veces presiento que estás a mi lado,
me gusta contarte lo que me ha pasado. Hasta que descubro que estoy hablando sola
(....)"


Las vacaciones ajenas, y luego las propias, aniquilarán lo que aún realmente no existe. Ya han empezado a hacerlo, como era esperable.
Para mis otros conflictos, los reales, mañana no me pondré los auriculares. O elegiré otras músicas.

Es complicado inventarse un ataque de alergia en esta época del año, buscando justificar y disimular las lágrimas en público.

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