domingo, 10 de septiembre de 2017

Consejos zodiacales (que no sigo).

No creo en las predicciones zodiacales.
O eso pienso.
Si creyese en ellas, hace tiempo que tendría claro qué hacer con mi vida. O, al menos, hacia dónde conducir mis pasos...

Hace semanas...quizá meses, que determinado 'consejero zodiacal' me repite lo mismo. Ya digo que no creo (demasiado) en estas cosas. Ese 'consejero' es un sitio de Facebook donde aparentemente no juegan con los tópicos ni a regalar los oídos a quien los sigue, por eso me hizo gracia hará dos o tres años y lo 'cliqué' y me llegan las actualizaciones. Mi carácter, mis costumbres y mis neuras pocas veces han coincidido con las 'normas' del signo zodiacal que me corresponde por nacimiento, siempre tuvieron más que ver con mi 'signo de ascendencia', y bastantes cosas con el lunar. En cambio en este sitio/aplicación...pues sí. Aunque lo que de veras me hizo gracia, ya digo, es que en vez de soltarnos flores...nos echan broncas.

En la 'predicción' para este mes de septiembre vuelven a decirme lo mismo: es difícil, pero debes tomar la decisión de alejarte de lo que te hace mal, debes cortar con lo que no te hace feliz (ya, ya sé que es una verdad de Perogrullo. Y que se puede ajustar a cualquiera). Este fin de semana insistieron en ello: durante la semana has confirmado que lo que constituye tu realidad cotidiana no te satisface...empieza a moverte para salir de esa rutina.

Si creyese en las predicciones zodiacales (y considerando lo que ha sido mi realidad, mi 'vuelta al cole') tendría muy sencillo saber qué tengo que empezar a hacer.
Pero no creo en ello.

O igual me empeño en no creer en ello....porque igual la edad me ha vuelto aún más cómoda de lo que supongo. Y estoy muy cansada, tanto como para paralizarme.
O como para tener miedo si me decido a 'moverme' y mi mundo (casi vacío a estas alturas, casi vacío pero con lo justo para sobrevivir) termina por desmoronarse del todo. Y ya no me quedan fuerzas para volver a montar con las ruinas nada más.

(Ayer, sábado, fue nueve de septiembre. Una de esas fechas..., de ésas. Lo pasé sola y tremendamente cansada. Me levanté tarde. A las diez de la noche creo que ya me había quedado dormida en el sofá. Creo que nunca un nueve del nueve me fue tan improductivo. O igual no. Igual ese sueño me era fundamental).

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