domingo, 29 de abril de 2018

Enferma.

El viernes fui al médico. Y entendí (recordé) enseguida porqué no voy.
Lo primero que hice cuando salí de la consulta fue pedir el cambio de médico. Creo que esto bastará para resumir lo agradable de la situación.

Llevaba más de diez años sin ir. No es que no haya estado enferma en este tiempo, sino que, como creo que ya he dicho alguna que otra vez, me he dado cuenta de que tardo lo mismo en sanar que quienes sí van al médico, cogen días de baja, se medican... Así que me ahorro el trámite. Me decidí finalmente hace un par de semanas: fui a mi centro de salud, intenté pedir un médico 'de tarde', como no había acepté el que tenía 'de mañana' (también pensando que la doctora que me tocaba era una conocida...por haber sido médico de mi familia años atrás), pedí cita...

Y dos semanas más tarde, que era el primer día en que había 'hueco' para primera hora de la mañana, allí estaba yo: a las ocho y media de la mañana, esperando que me atendiesen.

Y allí estuve, intentando contar que estaba siempre, siempre, cansada; que no dormía, o sí, pero seguía cansada y con sueño; que apenas comía y no dejaba de ganar peso; que me sentía hinchada (y lo estaba); que... a alguien que estaba más ocupada y preocupada por mirar su móvil que a mí. Alguien que lo primero que me dijo es que me iba a dar cita para el ginecólogo (y le respondí que no, que no iba a ir y que no había acudido a consulta para eso). Alguien que revisando mi historial (que existe, y que digo yo que reflejará mis problemas hormonales, mi diagnóstico de estrés y de anorexia, mis problemas de sobrepeso...) solo dijo cosas incongruentes referenciándose en lo que iba leyendo.

Lo primero que le dije es que, tras diez años (quizá más) sin hacerlo, probablemente deberíamos empezar por hacerme una analítica.

Por increíble que pueda parecer, al final aceptó...'porque igual piensas que puedas tener alguna enfermedad o algo'.
Hasta ese momento, mi sensación era estar frente a alguien que internamente se estaba preguntando qué hacía yo allí, haciéndole perder el tiempo. Para comprobar que probablemente sí era cierto que mi problema de sobrepeso no era imaginario, lo máximo que me pidió fue que me pusiera en pie y me levantase la camisa...
Nada de pesarme o tomarme la tensión.
Peso 30 kilos más que hace 15 años. Y en esas fechas no estaba esquelética.

Poco menos que me dijo que lo de verse hinchada o tener ojeras era normal, que no podemos estar toda la vida igual y que sólo a los dieciocho años se tiene una piel perfecta... En ningún momento yo hice mención alguna a que me estuviese comparando a 'mi yo pasado'. Sé que no aparento la edad que tengo (es cosas de familia). Igual era eso lo que le rompió los esquemas: ¿qué hace aquí una tía que aparenta diez años menos de los que su ficha dice que tiene, quejándose de no encontrarse bien?

Insistió en lo del ginecólogo (mejor dicho: insistió en que me iba a mandar a hacer una citología: ni siquiera era darme cita para el ginecólogo, que al menos habría tenido alguna lógica. Igual es que le dan puntos por ello, o algo así) y le respondí nuevamente que no. Que ya veríamos en el futuro.

Le pregunté si el justificante de asistencia me lo daba ella o lo tenía que pedir en recepción. Y sí, me lo dio ella. Y me indicó que en recepción me daban la cita para la analítica.
Lo último que hice fue confirmar que nunca había sido médica nuestra. No, no lo había sido (tampoco suplente) porque no encajaban las fechas. Aun así (y esto es cierto) la conozco de algo...y no sé de qué...

En recepción me dieron la cita para la analítica. Al preguntar si el 'frasquito para la orina' me lo daban ellos o lo compraba en farmacia...me respondieron que sólo era análisis de sangre...
Obviamente, lo siguiente fue pedir cambio de médico.

Entramos en bucle: no hay espacio libre para las tardes.
-Necesito un médico de turno de tarde.
-No hay espacio libre para las tardes.
-Pero yo necesito un médico de turno de tarde: no puedo estar viniendo por la mañana.
-Ya, pero los doctores de tarde tienen todo el cupo cubierto.
-¿No podéis ponerme en lista de espera, o algo? Necesito un médico para la tarde.
-No podemos, es que no hay espacio libre.
-¿Entonces, qué tengo que hacer para ver si hay algún hueco en algún momento?
-Pásate de vez en cuando y pregunta.
-Bueno..., pero con mi falta de tiempo...pueden pasar otros diez años.

En algún momento debieron ver que iba en serio. Tanto mi decisión como mi necesidad de cambiar de médico.
-Creo que a la doctora tal le quedó algo libre ayer...espera que mire.... Pues sí ¿te interesa?
-Siendo por la tarde, sí.

Así que tengo cita para analítica y médica para la tarde, que recibirá los resultados de mi analítica y volveremos a empezar con el relato de mis síntomas. Todo en uno.

La sensación de impotencia, de pérdida de tiempo, de mal funcionamiento de la sanidad pública...era tremenda. Tan tremenda como mis ganas de llorar.
No sé si fue por esto..., bueno, no, esto simplemente fue una gota más sobre un vaso ya lleno, pero por la noche me dio un ataque de ansiedad.
Dos días enferma.

Ayer sólo fui desde la cama al sofá. Tras no dormir apenas por la noche (conseguí vomitar varias veces) tiritando y sudando a la vez, creyendo que me estaba muriendo, pasé la mayor parte del día dormitando en el sofá. Salí a mediodía a comprar fresas (la verdad es que lo intento razonar...y me cuesta. Apenas me tenía en pie) y compré también zumo de naranja presuntamente exprimido y un envase grande de yogur natural. Lo único que tomé ayer fue zumo (de piña, una botella entera) y, en la tarde-noche, dos huevos cocidos. Creo que cuando estoy enferma me muevo por instinto en lo de alimentarme...

Por la noche intenté ver a través de internet un capítulo de una serie que estoy siguiendo, pero vi que me estaba quedando dormida, así que lo dejé. Casi a las cuatro de la mañana me tomé un paracetamol. Sé que era esa hora porque di la luz de la cocina. Hasta ese momento estaba durmiendo en el sofá, a partir de ahí fui a la cama a seguir durmiendo...

Ya estoy mejor. Con una sensación rara de convalecencia.
Ayer, mientras bajaba a la calle a por las fresas, reviví la sensación de cuando era pequeña y tenía fiebre, y esa fiebre era la de 'estar creciendo'. Todos conocemos esa sensación... En mi caso, no crecí demasiado. Y obviamente, esta vez no voy a crecer.

Tengo una sensación rara, también, de alergia generalizada... Ayer me picaba la piel simplemente por contacto con la ropa. Esta mañana bastaba con tocarme para que se me irritase el tramo de piel que hubiera tocado. Ahora tengo que ducharme: ya veré cómo reacciono...

Todo esto simplemente acrecienta mi sensación de irrealidad. De que mi presente es irreal.

Lo bueno de ayer es que por un momento noté que había vuelto a recuperar vista (de hecho, creo que sigo teniendo esa recuperación). Y también noto que se me ha acrecentado el sentido del olfato (eso lo noté claramente ayer. Y en alguien que ya de por sí tiene muy desarrollados los sentidos...no es precisamente muy agradable).

No sé si valgo para estar enferma.
No molesto a nadie, eso es cierto. Pero..., tampoco es muy agradable saber eso: que no voy a molestar a nadie porque a nadie le importa como esté.
Ni siquiera a quien supuestamente es mi médico.

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