jueves, 26 de abril de 2018

Veintiseis de abril.

Hay días, fechas, complicados.
Hoy es una de esas fechas. Una fecha complicada dentro de una sucesión de días complicados.

Veintiséis de abril, ocho años más tarde.
Una de esas fechas, una más, que sólo me importan a mí porque nunca importaron a nadie más.

Sigo sin saber nada de él. Sigo sin poder llamarle. Sigue sin llamarme.
Y cada día que pasa me afianzo más en la idea, en la evidencia, de que nunca más volveré a verle.

No hay comentarios: