lunes, 9 de julio de 2018

Semi-inactividad.

Sigo en estado de semi-inactividad.
También por eso escribo poco por aquí.

Vivo en un estado casi de perplejidad continua. Cada vez que en algún sitio dicen la fecha en que estamos, algo me 'baila' en la cabeza. Los almanaques, el propio reloj-calendario del portátil me dicen que estamos en el mes de julio. Casi a mediados de julio, de hecho.
Mi mente sigue vagando en alguna fecha de junio. Sigue buscando, cada vez que escucha la fecha actual, dónde está el mes de junio...

Mi tratamiento médico consiste en descansar y beber agua. Así de básico. Reposo relativo y entre dos y tres litros de agua diarios. Y alimentos frescos. Nada más. El único medicamento que tomaba (algo absolutamente repulsivo, algo que era como beber arena y que ni siquiera era un medicamento para lo que tengo) me lo retiró la doctora hace una semana. Reconociendo, además, que ni siquiera era un medicamento específico para lo que tengo....y que no han conseguido averiguar qué lo produjo (o qué lo produce). Los resultados de la analítica de la semana pasada seguían indicando que mi mejoría iba a buen ritmo...y por libre. Porque ni han sido capaces de saber qué me había puesto al borde de la muerte...ni saben porqué mi cuerpo se ha puesto a mejorar de forma espontánea.

Lo único que dice la ciencia (tras analíticas diarias con todo tipo de serologías, resonancias, radiografías, TACs, ecografías..., hasta una biopsia) es que lo que he tenido me lo ocasionó un 'envenenamiento por medicamentos'. Que sería un diagnóstico de lo más lógico...de no ser porque no tomo medicamentos...

El tratamiento que me ha mantenido con vida en los peores momentos (los resultados de las analíticas decían que iba empeorando...mientras el resto de las pruebas indicaban que, objetivamente, no tenía nada de nada) ha sido el suero salino. Litros de suero salino en vena. Nada más. Suero y reposo.
Más reposo del aconsejable, puesto que algunos días no me apetecía levantarme de la cama y mi máximo esfuerzo era desplazarme hasta el aseo (dentro de la habitación del hospital) para eliminar el suero. No podían darme otra cosa, puesto que al no saber qué era lo que tenía...cualquier antídoto podía agravar mi estado.
Suero y esperar.

Y lo que llegó solo se empezó a ir del mismo modo. Mi organismo decidió atacarme...y, de pronto, se lo pensó mejor.
Físicamente me van a quedar un par de recuerdos en forma de cicatriz: la de la biopsia y la de la vía intravenosa que mantuve durante diez días (es aconsejable cambiarla cada dos o tres días...pero la tenía muy bien puesta. Y, además, este tipo de vías, si se ponen en un emplazamiento físico donde se garantiza que van a funcionar bien..., son muy dolorosas de poner). La cicatriz de otra vía anterior, que tuve otra semana completa (aunque realmente sólo estuvo activa cuatro días) parece que va suavizándose. E imagino que en la próxima analítica ya hayan cicatrizado lo suficiente mis venas como para que a la primera sean capaces de 'producir' sangre, cosa que en la última analítica, y empleando una de mis 'venas fáciles', no fue posible.

Me han pinchado en ambos 'antecodos' en todas las venas visibles. En los antebrazos. En el dorso de las dos manos. En mínimo tres ocasiones me sacaron más de diez tubitos de sangre, aunque lo normal era entre cuatro y seis. Siempre antes de las seis y media de la mañana. Sólo 'descansaba' los sábados y los domingos. Esos días, el hospital se diría adormecido, sólo funcionan las urgencias y la intendencia: cambiar las sábanas de las camas, fregar suelos y baños, atender a las personas que necesitan asistencia para asearse o levantarse de la cama.

Cada vez que una enfermera o celadora me veía por primera vez, su reacción y hasta sus palabras eran las mismas: '¡qué joven eres!!'. No, no soy joven (aunque tampoco aparento la edad que dice mi dni. Imagino que llevar el pelo largo, muy largo, ayuda) y mi aspecto con el horroroso y enorme camisón hospitalario de florecitas y los visibles síntomas de mi enfermedad en la piel y los ojos tampoco ayudaban. Pero, por contraste con el resto de los ingresados en el módulo donde yo estaba, era una cría. Porque estaba en un módulo de ancianos en estado casi terminal...

Los síntomas físicos terminarán por desaparecer. Probablemente las cicatrices también (o se suavicen tanto que llegue un momento en que me cueste localizarlas, o directamente me acostumbre a ellas y ni las vea). Pero creo que las otras cicatrices, las psicológicas, no se irán nunca.
Y soy consciente de que va a ser ahora, que está siendo ahora, cuando empiezan a ser visibles.

Tengo sueños muy raros y muy densos. Creo que son debidos al otro único medicamento que puedo tomar, que es un antihistamínico y que ni siquiera tomo todos los días. Podría tomar hasta 3 pastillas al día. No lo hice nunca. Ahora y no todas las noches, me tomo una antes de dormir. Más por el componente 'sedante' que tienen los antihistamínicos que para lo que los tengo recetados (evitar los síntomas de picor en la piel). Creo que los sueños raros y  densos son producto de este medicamento.

En estos días he descubierto que me gusta dormir. Cosa en la que nunca había pensado, en que me pudiese gustar dormir, a mí, que siempre trasnocho y casi siempre madrugo...
Creo que me va a costar volver a mis horarios laborales normales.

Sigo medio desconectada del mundo, de las redes sociales. Tengo problemas con el whatsapp y con el messenger (por tanto, mensajes sin leer y sin responder) y no me estoy esforzando por arreglarlos. Quizá mi cuerpo, ése que decidió matarme y luego se lo pensó mejor y empezó a curarse solo, está decidiendo que quiere descansar..., que el reposo recetado le viene bien. Y no sabe que en una semana probablemente vuelva al trabajo.

Y no sé cómo va a reaccionar cuando llegue ese día...

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