domingo, 28 de julio de 2019

Enfadada.

Enfadada. Estoy enfadada. Y cabreada. Y hasta harta.
Con nada concreto. Quizá conmigo misma, no sé.

Cada vez llevo peor las cosas que hay que hacer 'por compromiso'. Cosas que no me apetecen en lo más mínimo y que tengo que hacer porque sí, porque se supone que es lo que toca hacer y ya está. Y no me apetece.

Y me apetece hacer otras cosas, porque eso que tengo que hacer 'por compromiso' no es nada útil, ni pasaría nada si no lo hiciera (si no se hiciera, de hecho). Y porque tendría otras opciones para hacer que me apetecerían más.

Pero al final no me va a quedar otra.
Y eso me hace sentir enfadada y frustrada. 
Y no me debo enfadar ni cabrear ni, sobre todo, estresar. Porque a mi salud no le viene bien, entre otras cosas. Pero..., en fin, qué más da.

Terminaré teniendo que cancelar planes que sí me apetecen y que son con personas y/o cosas que, encima, ni siquiera es fácil cuadrar fechas y momentos para que pueda hacerlas. Y los terminaré teniendo que cancelar porque hay que cumplir con compromisos absurdos. 

Este raro mes de julio podría haber terminado bien y este inminente mes de agosto podría empezar estupendamente bien.  Pero al final no va a ser así (lo sé) porque al final primará el sentido de la obligación, los compromisos y el blablablá...

(Y escribir esto no va a cambiar nada. Ni siquiera mi enfado. Lo sé. Pero en estos momentos es lo único que puedo hacer para, al menos, desahogarme un poco e intentar dormir...que parece que esta noche rondaremos los 25ºC y eso se traduce como 'vuelve a refrescar un poquito').

No hay comentarios: