lunes, 7 de octubre de 2019

Siete de octubre.

Día raro.
Cuatro meses justos sin trabajar. 

Entrevista en algo que reúne las condiciones económicas (más o menos) que busco. E incluso que no está muy mal comunicado (aunque el emplazamiento sea horroroso).
He acudido a la entrevista con mucho tiempo, pero mucho. Y he conseguido perderme (yo, que tengo un sentido de la orientación tal que encontraría cualquier sitio en Madrid hasta con los ojos vendados). El bus me ha dejado a lo que calculaba diez minutos de paseo...y he conseguido tardar una hora. Y porque me han ido casi guiando por teléfono...que sino igual todavía estoy dando vueltas por el polígono.
No sé. Igual algo en mí no quería ir.

La entrevista, dos horas después de lo previsto y de otra hora de duración, también ha sido rara.
O igual la que se siente rara y lo ve todo así soy yo.

Me siento cansada y desanimada. 

Seguramente me citarán para la tercera entrevista (la primera, al parecer, fue la llamada en que me citaron tras recibir mi currículum un par de horas antes). Pero...simplemente que no me hayan llamado ya esta misma tarde (que era una posibilidad) o que no me hayan confirmado directamente en la propia entrevista que contaban conmigo...me ha ido desanimando en el transcurso de la tarde.
Y eso que digo que tampoco es algo que me entusiasme ni que me emocione. Y que, al tratarse de un trabajo cuya continuidad tras la contratación está basado en los buenos resultados comerciales, me consta que puede ser algo muy provisional. O sea, que no sería el trabajo de mi vida en ningún caso.

Me siento rara y cansada y desanimada.

Mañana a mediamañana tengo otra entrevista en el centro de Madrid. A través de una ett. Aquí no he sido yo quien ha contestado a la oferta: me han citado directamente tras localizar mi CV en su base de datos. Aunque ya sé qué son este tipo de cosas: a las seleccionadoras de personal también les pagan por organizar dinámicas de grupo y hay que rellenarlas. 

Éste está siendo el periodo de búsqueda de empleo más extraño que recuerdo. Y más solitario.

No hay comentarios: