sábado, 8 de febrero de 2020

He vuelto a soñar con mudanzas.

La otra mañana, al ir a mirar en mi móvil si tenía alguna novedad (correos, algún mensaje..., ver la temperatura) lo encontré apagado. Muchas noches lo dejo cargando, así que pensé que como se me había olvidado se había quedado sin batería. No obstante, tampoco recordaba que la tarde anterior estuviese bajo de batería...
Lo enchufé para que fuese cargando mientras hacía otras cosas: pasar por el baño, poner en la dolcegusto la cápsula de café... Suelo dejar que cargue un poco (es el cargador original del móvil y va bastante rápido) para encenderlo.
Pero no enciende.


Lo desconecto del cargador. Vuelvo a probar. No enciende.
Enchufo de nuevo y espero algún minuto más mientras me traigo a la mesa la jarra de café y una magdalena.
No enciende.
Empiezo a preocuparme: no estoy en condiciones de quedarme sin móvil. No ahora. No esa mañana, en que tenía una entrevista en el centro...y la dirección a la que ir comunicada mediante correo electrónico y sms (las dos cosas). 


Desconecto el cargador. Quito la carcasa de protección al móvil. Lo abro usando una horquilla como palanca. Le saco la batería. La vuelvo a poner. Cierro la tapa. Vuelvo a intentar encenderlo.
 Enciende.
Y la carga de la batería ronda el 70%.
Aún así, lo dejo cargando.
No sé qué pasó.


Anteayer, al poner la televisión con intención de ver una serie nocturna (la más longeva de la televisión patria), el canal donde se emite no tenía señal. A veces le pasa a mi televisor, supongo que es cosa de la antena. Suele volver enseguida, o a lo largo de las horas (lo que tarden en llamar a un experto, imagino). Me resulta curioso este jueves que el resto de las cadenas funcionasen con normalidad (bueno, menos las que nunca me molesté en programar). Veo la serie a través de la página web de la cadena en cuestión.


Ayer, como seguía sin volver, reprogramé el televisor desde cero. Para lo que, entre otras cosas, tuve hasta que recurrir al manual...porque ni me había molestado en mirarlo en los 4 o 5 años que debe tener el aparato: la tarde que lo compré le di a sintonizar canales...y hasta ahí. De hecho, creo que nunca he probado funciones como el teletexto. Los canales estaban donde el propio aparato decidió y, para buscar uno, tenía que ir pasándolos con el mando a distancia...
Puse el lenguaje en 'español' (porque el manual tampoco me aclaraba nada. No por culpa del propio manual, sino porque yo estoy muy, pero que muy espesita) y a partir de ahí apliqué lo de siempre con todos los aparatos: instinto.
En menos de 10 minutos tenía resintonizados los más de 80 canales (entre tv y radio) que localizó la antena de tdt. Y decidí ordenarlos: Tve en el 1 del mando, La Dos en el 2 del mando, Antena3 en el 3..., y etc....
Bueno: pues ni la Primera de tve, ni la Dos, ni el Canal 24horas (también de Televisión Española) estaban. Aún así, recoloqué el resto.


Mientras, el brócolí ya estaba no solo hervido sino casi frío en la cocina. Y eran más de las cuatro de la tarde.
Lo serví en un plato con un hilito de aceite de oliva extravirgen. Mientras me daba vueltas en la cabeza porqué faltarían esos 3 canales. Ya sé que estamos pendientes de lo que llaman 'la segunda revolución digital terrestre' (o sea, lo que acababa de hacer: resintonizar de nuevo la televisión, porque se van a 'borrar' los canales), pero no tenía noticias de que estuviese pasando ya en el municipio donde vivo. Busqué algo de información en internet: nada de nada.
Pensé que igual el sistema no había sido capaz de localizar esos dos canales (cuando lo puse a funcionar hace esos imprecisos 4 o 5 años, algunos no los localizó. Y me dio exactamente igual: veo muy poco la tele. Tan poco como para que me diese también exactamente igual que los canales estuviesen descolocados).


Volví a borrar los canales recién programados...y le di nuevamente a 'buscar'.

O sea: repetí el trabajo. Porque ni aparecieron las 3 cadenas 'perdidas' ni desaparecieron otras, pero tuve que volver a programarlas (ya que estaba, no era plan de dejarlas descolocadas de nuevo). 
Mi televisor no sintoniza las cadenas públicas. Con una salvedad, ahora que caígo: Teledeporte. Que tampoco la veía antes (fastidioso en asuntos como las competiciones ciclistas tipo Tour de Francia) pero sin la que me apañaba.
Así que, mientras no se resuelva solo o como sea, veré esas cadenas a través de su aplicación informática.

Ayer fui a dar la luz de la mesita auxiliar para cenar. Habitualmente, si tengo encendido el televisor y/o el portátil, no doy la luz. 
No encendía.
Desenchufé/enchufé la lamparita. No encendía.
Di la luz del techo (ésa que debo usar como una vez al trimestre...si acaso) para echar un vistazo a la lámpara. Desenchufé/enchufé de nuevo, sin éxito.
Aparentemente, tiene la bombilla fundida. Y no localicé otra  similar en la caja donde, supuestamente, guardo las bombillas (ésas que siempre estoy segura de tener...y que nunca aparecen cuando las necesito. Pero que dan señales de vida en cuanto me pongo a buscar otra cosa en el mueble-despensa donde guardo estas cosas y aparecen bajo un montón de estropajos perfectamente nuevos y en sus bolsas...que he acumulado porque cuando necesité un estropajo nuevo no tenía de reserva, compré...y cuando buscaba una bayeta aparecieron media docena de estropajos nuevos. Mi mueble-despensa funciona así).

No tengo bombillas de ese tipo. Así que cené a la luz de una botellita luminosa led, que no es sino una luz de posición.

No sé qué más se habrá estropeado o estará en ello.
Tengo que poner la lavadora y, francamente, me da miedo.

Y...
Estoy tomándome, desde el martes, una infusión relajante a última hora de la tarde. La compré el mismo martes, cuando fui al hípermercado casi a por eso...y alguna cosa más, sin importancia, y me volví con lo básico...que es lo que podía pagar con lo que llevaba en metálico (y menos mal que sí llevaba más en metálico de lo habitual). Había olvidado la cartera en casa, con las tarjetas. Por primera vez en mi vida.
No me asusté pensando que igual la había perdido...porque recordaba que por la mañana la saqué del bolso para usar la tarjeta sanitaria y pedir cita, casi urgente, en mi médica.

Volví a casa con la cajita de la infusión y algo tan imprescindible como un cargador de pilas recargables. Que no sé porqué consideré prioritario comprar...y que ahí sigue, dentro de su blíster. La cartera estaba en el sofá, entre cojines y mantitas.

A la doctora la convencí, el miércoles, para que me recetase unos lexatines. Que no quería recetarme porque no debo tomar ningún medicamento (y porque ya vi el año pasado que no es nada, pero que nada, partidaria de mandarme medicamentos. Que se me estaba cayendo la piel a trozos y tenía unos picores que me hacían llorar...y aun así tiró de vademecum para mandarme un antihistamínico...) y que conseguí que me mandase prometiéndole que era 'por tenerlos, que sabiéndolo seguro que estaré menos nerviosa'.
Es cierto: ahí está la caja, intacta. 

Esta semana todo está siendo muy raro.
También se me ha secado un cactus que hace una semana estaba perfectamente sano. 
He tenido dos entrevistas de trabajo perfectamente prescindibles.
Han florecido los almendros. También los urbanos. Y creo que las mimosas. 

Estoy gorda como una foca. Y creo que, además, hinchada.
Y tengo a finales de mes una inesperada prueba médica. Que seguramente es rutina, que no tiene porqué ser indicio de absolutamente nada, que es mejor hacerse este tipo de pruebas y quedarse tranquila (y si sale algo que no debiera estar ahí, poder tomar medidas cuanto antes), pero estoy asustada. Muy asustada.

Espero no tener que recurrir a los lexatines.
La infusión relajante está rica, sabe ligeramente a anís.

Y esta noche he dormido de un tirón, en el sofá, hasta las seis de la mañana. Y luego he pasado a la cama y han empezado esas pesadillas extrañas y recurrentes...
He vuelto a soñar con mudanzas. 
Espero que sí hayan florecido las mimosas. Y que eso confirme que todo puede volver a la rutinaria normalidad.

No hay comentarios: