El calor me mata.
Llevo toda la semana cayéndome por los rincones de puro cansancio. Y el caso es que me levanto (más o menos) bien, que voy al trabajo (más o menos) animada, que estoy allí más horas de las que debiera (total, si tardo más de hora y media en llegar, no es cosa de estar las dos horas y algo a que me obliga mi ERTE parcial: ya me quedo a ver si vendo algo)... Pero llego a casa agotada. Pero agotada sin remedio. Cayéndome por los rincones.
No puedo con el calor.
Estoy hinchada. No hago más que beber agua y, evidentemente, la retengo. Así que sumo a los kilos que ya tenía y a los ganados durante el confinamiento la retención de líquidos. Y creo que eso me hace sentir aún más cansada.
Tendría que escribir sobre más cosas, pero estoy tremendamente cansada.
Bienvenido, mes de julio.
Verano en Madrid.
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