sábado, 1 de agosto de 2020

01 de agosto.

El año sigue siendo tremendamente raro.
El mes de julio finalizó siendo tremendamente caluroso. Agosto ha empezado igual. Quizás esto sea lo único normal.

Ayer hubo despidos en la empresa en que trabajo. Se suponía que el ERTE servía, precisamente, para evitar los despidos. Que eso garantizaba a los trabajadores seis meses de contrato tras acabarse esa situación excepcional. Pero ayer despidieron gente. Estando aún en situación de ERTE, puesto que éste no se termina hasta el día seis o siete de este mes. 
No sé. Algo se me escapa.
Pero a mí no me han despedido. 

No sé qué criterios han aplicado, qué harían (o qué no harían) las tres compañeras de quienes sí han prescindido. Pero con esto he comprendido que pueden despedirme en cualquier momento. Cosa que, por supuesto, ya sabía: las empresas no son ong's, si no les das beneficios, no les interesas..., siempre ha sido así. Pero..., ya digo: hay algo que se me escapa en todo esto. 

Mi contrato se suscribió el dos de marzo, indefinido y con seis meses de prueba. Los seis meses terminan en septiembre, por lo tanto. Si fuese cierto que a partir de la finalización del ERTE no podían despedir a nadie en seis meses, tendría contrato garantizado hasta enero (y, por tanto, tiempo para poder demostrar mi valía. O mi no valía). Pero con esto..., ya no sé qué pensar. 

Mejor no pienso nada. Como llevo intentando hacer desde que esta anómala situación empezó, a mediados de marzo. 
Dejar que el tiempo pase. Dejar que las cosas lleguen a donde tengan que llegar.

El año 2020 pasará a la Historia por ser el más extraño, en todas y cada una de sus facetas, de los últimos tiempos. 
Pero el verano está siendo tan caluroso como los años de atrás, ésos que se consideraban 'años normales'.

No hay comentarios: