Algunos días tengo la sensación de estar en un estado de extraña convalecencia. Desde hace mucho.
No es nada concreto ni achacable a ninguna enfermedad. Pero sí esa sensación de dolor de articulaciones, de párpados pesados a cualquier hora del día, de destemple aunque haga frío o calor, de sed que no termina de quitar el agua o de fiebre cuando el termómetro la desmiente.
Algunos días tengo ganas, solo, de meterme en la cama y dormir durante horas. Pero igualmente me dan las mil levantada, me acuesto y me desvelo, me tomo una infusión y acabo dormida en el sofá y trasladándome al dormitorio de madrugada y temiendo quedarme dormida y no levantarme a tiempo para ir al trabajo.
Algunos días estoy tan cansada como si llevase horas y horas de incesante trabajo. Pero el calendario me dice que es domingo y el reloj que son las doce del mediodía. Y que nada justifica esa sensación de haberme pasado dos apisonadoras por encima, ida y vuelta.
Algunos días deduzco, simplemente, que ya no hay proyectos, que no hay más futuro. Que pasó mi tiempo y que sólo me queda intentar pasar el que me quede por delante de la mejor forma posible. Sin pensar en todo lo que he hecho mal, en todos mis errores para haber llegado hasta aquí sin tener nada, sin poder esperar nada.
Algunos días son como los de toda esta semana. Como este domingo. Como me imagino y hasta a ratos temo que también será mañana.
domingo, 7 de febrero de 2021
Algunos días.
Etiquetas:
2021,
convalecencia,
covid,
desánimo,
desesperanza,
domingo,
febrero,
sin futuro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario