Agotamiento que no cesa.
Calor inesperado (o igual no tanto: el verano en Madrid comienza en cuanto llega San Isidro).
Tormenta (también esperada: aquella calma chicha) que ha arrasado parcialmente mi entorno laboral.
Alergia. Mucho peor que los últimos dos o tres años, a pesar de la mascarilla.
Intento buscar un punto de apoyo. No, mejor un punto de anclaje. Algo que evite que me desplome.
Porque no sé cuanto tiempo más voy a ser capaz de aguantar.
Ni si vale la pena seguir esforzándome por hacerlo.
Veinte de mayo. Poco más que contar.
jueves, 20 de mayo de 2021
Veinte de mayo de 2021.
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