Vivir es también acumular cosas. Ropa que ya no te volverás a poner pero no sabes bien por qué no puedes tirar. Calzado que ya no te vale o que te pones a diario. Libros leídos una sola vez, releídos, que te han regalado o que nunca leerás, pero tienes en la estantería. Utensilios inútiles en los cajones de la cocina. Más platos de los que vayas a poder romper con el uso en lo que te quede de existencia. Sobres con papeles, cartas de banco, fotos en álbumes que te recuerdan cosas o que ya no significan nada, pero que siguen ahí porque ahí decidiste pegarlas. Toallas de felpa gastada, toallas nuevas en el fondo del baúl de la ropa de cama y baño. Pulseras de mercadillo. Anillos de plata. Cuadernos escolares y agendas atrasadas de ésas que regalan las revistas femeninas en agosto y en diciembre. Cajitas con sombras de ojos de tres colores, uno de ellos casi gastado, otro prácticamente entero.
Vivir es también que en la colección de cedés aumente cada año el porcentaje de interpretes fallecidos. Que tus películas favoritas tengan un color raro cuando las vuelves a ver por televisión. Que un día recuerdes cual era tu colonia favorita, ésa sin la que no podías salir a la calle a tus veinte años y darte cuenta de que hace otros veinte que dejaste de verla en los estantes de la droguería, y que te dé igual porque ya ni recuerdas su olor. O sí lo recuerdas y no entiendas porqué te gustaba tanto. O la añores y sepas que no volverás a olerla, pero ya decidiste cambiarla por otra, otras, y eso también es vivir.
Vivir es también que los amigos del colegio dejen de estar y un día ni recuerdes sus apellidos. Que los niños a quien tuviste en brazos siendo bebés ya conduzcan o incluso tengan sus propios bebés y tú ya no seas parte directa de su vida.
Vivir es hacer mudanzas. Mudar la piel. Sumar calendarios. Perder los sueños. No tener otros de repuesto.
Vivir es ir dejando de ser y de estar.
Vivir es también olvidar recuerdos.
Y darte cuenta de que todo esto, en realidad, no te enseñó lo que buscabas. Que nunca fue otra cosa que aprender a vivir.
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