Desaparecida por puro agotamiento, por pura falta de tiempo.
No me cunden los días. Se me hacen eternas las horas de trabajo de días que, luego, se me pasan a toda velocidad cuando llega la noche y miro hacia atrás y se diría que me levanté de la cama un rato antes y no sé cómo pasaron esas quince, dieciocho horas. Semanas que pasan en un suspiro llenas de minutos laborables eternos, de trayectos larguísimos en transporte público.
No me cunden los días. No hago nada de provecho.
Y estoy cansadísima.
Y apenas acabo de pasar por aquí para..., no sé, no sé para qué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario