jueves, 3 de agosto de 2023

Vida intranscendente.

 Mañana toca cita en el SEPE, que durante muchos años y hasta hace relativamente poco se llamó INEM y que sigue siendo la forma en que nos solemos referir a este servicio. Ir al INEM a renovar el tema del cobro de prestaciones por desempleo.
La verdad es que me quedaron como seis semanas 'pendientes' cuando volví al trabajo en enero. O sea: lo justo para encontrar un trabajo en lo que queda de mes y empezar en septiembre. Y hacerlo durar...porque si no tengo un problema. O uno más.

Aunque voy cuadrando cosas y cerrando temas pendientes, estoy muy inquieta. Quiero culpar al calor, a la luna llena...pero no es solo eso. Es esa calma chicha que precede a la tormenta, esa sensación que ya conozco desde hace muchos años y que nunca me ha engañado.
No sé. La verdad es que lo que tenga que ser será y lo que tenga que pasar...pasará y lo pasaré.

Cansada e inquieta.

A veces me pongo a hacer alguna de esas cosas domésticas y casi rutinarias que he ido aplazando por falta de tiempo (o más bien de ganas, que tiempo tuve el año pasado en el medio año que no trabajé, o durante los tres meses de confinamiento hace tres años). Hoy ha tocado empezar a instalar un estante auxiliar para el baño (lo compré en abril, si no recuerdo mal, y no había hecho nada al respecto). He pegado uno de los soportes, mañana pegaré el otro e imagino que entre el sábado y el lunes lo dejaré ya colocado dentro de la bañera, que es donde lo necesito. También he hecho limpieza de botiquín. Que no se limita al botiquín propiamente dicho, uno metálico que tengo en el baño, sino a ir mirando qué restos de medicamentos tengo por la casa y tirarlos. Es curioso. Como soy una persona que no toma apenas nada (algún paracetamol) cuando he tenido que comprar alguna cosa (un antigripal, por ejemplo) siempre han quedado restos. He encontrado cajas con alguna pastilla dentro que llevaban caducadas más de diez años. Un frasquito de mercromina, de la roja, seca. Nolotiles y lexatines sin caja y sin fecha en el blister. Una caja entera y hasta precintada de Gelocatil, que entiendo que compré en plena pandemia 'por si acaso'. Un frasco de Oraldine turbio. Pomada para las quemaduras. Cosas así, algunas incluso procedentes de la oficina...que cerramos hace dieciocho años (el botiquín metálico era el de la oficina). He llenado una bolsa de plástico mediana y la llevaré a la farmacia, al punto Sicre donde se recogen los medicamentos desechados, para que gestionen debidamente su destrucción. 

Estante de baño y medicamentos caducados. Ésas han sido mis tareas de hoy. Además de quitarme la pintura de las uñas y limármelas para dejarlas cortitas, lavar a mano algunas prendas, quitar a la planta de juncos rizados una buena cantidad de ellos, secos (ya veremos si la planta sobrevive: tres días de calor sofocante sin regarla...)

No me cunde el tiempo. Aunque a estas alturas y tras mes y medio sin trabajar imagino que ya estoy 'descansada', sigo con esa sensación de angustia...

Mañana, SEPE y algo de compra. Igual plancha si el clima refresca, que tengo pendiente dar un repaso a varias prendas. Igual volver a lavar la funda del sofá...

Tareas intranscendentes para una vida que es exactamente eso, totalmente intranscendente. 

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