sábado, 30 de septiembre de 2023

Y terminó otro septiembre.

 Septiembre ha sido un mes desquiciado y desquiciante.
Nada puede describirlo y describirme mejor que esos dos términos. 

El último día de agosto empecé con la búsqueda de empleo. Buscar trabajo es casi un trabajo en sí. Rastrear, a base de ir poniendo palabras clave en los buscadores que todas tienen, las webs donde las empresas anuncian sus ofertas. Aplicar filtros (en mi caso, nada de 'contratos autónomo' u 'otros contratos'; jornada completa, presencial o híbrido), localizar el emplazamiento de la empresa (para descartar municipios en la otra punta de la comunidad autónoma, por ejemplo), seleccionar solo horarios intensivos de mañana o con pausa para comer (pero horario de mañana en cualquier caso: no, no quiero salir a las nueve de la noche y llegar a mi casa a las diez y media), descartar también los turnos rotativos que incluían sábados y domingos (lo del sábado me es negociable, lo de los domingos no). Y dentro de lo poco que quedaba una vez aplicados estos filtros...ver qué condiciones se ofrecían. Y en ese caso, responder. Envía el CV, adaptar la carta de presentación...y esperar.

Y ver como en varios casos la empresa lee mi CV...y la cosa se queda ahí. O lo lee, lo selecciona incluyéndolo en el proceso...y la cosa se queda ahí. O incluso las que leen en CV varias veces. De todos esos detalles va informando el portal de anuncios, claro. Y si alguna te descarta o simplemente cierra el proceso de selección, la página avisa también.

En total han sido cinco entrevistas. Bueno, alguna más, pero en total de cinco empresas. 

En total, cinco empresas me han seleccionado para que trabaje para ellos. No, no ha sido un '5 de 5', sino que ya casi en tiempo de descuento (porque ya me había decidido por una) también me llamó el responsable de la que me entrevistó a finales de julio, me querían para ese momento, yo les pasé la contrapropuesta de '¿y qué tal pasado el puente de agosto, para empezar la penúltima semana del mes?' y no volví a saber nada. Por lo que deduje que, pese al buen rollo y el estar seleccionada...directamente me había descartado sola. Pues sí y no, porque resulta que para octubre sí me querrían...

En cuatro de las cinco en la que sí tuve entrevistas, me seleccionaron para empezar a principios de mes (con formación la última semana de septiembre. Formaciones no remuneradas, cómo no). La quinta generó dos entrevistas, una telefónica donde ya anticipé que la ubicación de la empresa no era lo que buscaba, otra por videoconferencia tras decirles que, bien, podía valorarlo...y que fue de lo más absurda. Lo tengo comprobado: cuando quien te entrevista es 'un consultor' (esto es, no el departamento de RRHH de la empresa contratante, sino una empresa externa que se dedica al filtrado de candidatos o, incluso, formalizar los contratos como ETT)el resultado suelen ser entrevistas que rozan lo sonrojante de puro ridículas en cuanto a preguntas sobre la trayectoria profesional, el envío de 'psicotécnicos' y, sobre todo, el no saber qué responder si les preguntas por cosas concretas del trabajo ofrecido. La videoentrevista fue en esa línea, la empleada de la consultoría quedó en pasar mis datos a la empresa y ya me llamarían ella o el departamento de RRHH del ofertante...y nunca más se supo. Sin que eso me ocasionase ningún quebradero de cabeza: entre las ofertas era una más y poco interesante.

En las demás, ya digo: seleccionada para empezar a principios de octubre.

Y...elegí una de ellas y sé que no es la mejor, ni con mucho. Ni por sueldo, ni por ubicación, ni por posibles comisiones... Pero es la primera que me confirmó que me querían con ellos (eso sí, tuve que explicarles que el sueldo que me ofrecían ni siquiera era el mínimo interprofesional...y tuvieron que rectificar). 

Me incorporo el lunes. Sin saber siquiera qué horario en sí voy a tener de lunes a jueves (los viernes sí: de nueve de la mañana a tres de la tarde). Ni qué trabajo se supone que voy a hacer, ni cuanto va a durar mi formación, ni...

¿Por qué la he elegido? Porque, en realidad, el resto serían el 'plan B', 'plan C' y sucesivos. Sitios con los que poder contactar y preguntar si siguen teniendo vacantes y si me quieren con ellos...si lo que me encuentro el lunes no me gusta. ¿Si podría haber elegido otra de las ofertas y dejar ésta en el apartado de 'planes'? No, creo que no. Era un 'lo tomas o lo dejas'. 

No sé. Todo raro.

Septiembre ha sido raro. Ahora lo veo desde las primeras horas de octubre y casi no recuerdo los nervios, el agobio, el estar despierta como un buho antes de las siete de la mañana, en no sacar provecho a las horas del día, el tener claro que el subsidio de desempleo se me acabaría antes de finales de septiembre y ya no había más y me quedaba sin ingresos; el ponerme plazos cortos para, si no me llamaban de ninguna de las ofertas para las que me había postulado, empezar a responder a turnos de tarde, jornadas parciales...

El dos de octubre vuelvo a la vida laboral, a las incidencias en el transporte público, a pasarme horas hablando con otros seres humanos. 
Y nunca me ha hecho tan poca ilusión volver al trabajo. 

No sé. Me hago mayor, me he hecho mayor. 
Y terminó otro septiembre. 

No hay comentarios: