viernes, 5 de enero de 2024

Queridos Reyes Magos...

 Queridos Reyes Magos...

Sí, este año también escribo esta carta de Reyes. Este año en que he escrito tan poco, en que tan pocas cosas me importan a estas alturas. Este año en que por primera vez en mi vida no habrá regalos físicos de Reyes ni propios ni ajenos, este año en que no estoy rodeada de restos de papeles brillantes y pedacitos de celo y cintas de colores metalizados, este año...
Quizá por todo esto es tan importante escribir esta carta de Reyes, esta carta a los Reyes.


Queridos Reyes Magos,
Creo que este año he sido buena. Incluso muy buena. He sido responsable, cumplidora de mis obligaciones, puntual. He aguantado sin quejarme por nada. De hecho, aguanté hasta no poder más...
Este año he sido buena hasta casi desaparecer. Por eso me atrevo a escribiros y pediros algo, a vosotros que sois magos y todo lo podéis.

El año pasado os pedí trabajo. Uno con buen horario y un sueldo de al menos supervivencia, que necesitaba urgentemente. Y os lo tengo que agradecer, porque apenas dos semanas más tarde ya lo tenía. Lo que ocurrió después está claro que fue culpa mía. Me equivoqué al elegirlo (tenía otras opciones), al lanzarme a ciegas sobre el primero que me dijo 'ven'. Y aquello solo podía acabar mal. Pero tengo que volver a agradeceros que en octubre encontrase otro trabajo, donde aún sigo y que quizá se ajuste más a lo que os pedí: estoy más agusto y tengo la posibilidad de aprender cosas que no sabía.
Por tanto, este año os pido conservar el trabajo que tengo y aumentar los ingresos (que no son especialmente altos) o que me ayudéis a encontrar uno mejor: mejor horario, más ingresos. Ojalá el dinero no fuese necesario..., pero lo es. Y creo que este año me lo va a ser aún más.

Os vuelvo a pedir algo que os pido cada año: conservar el piso donde vivo. Mi contrato finaliza en agosto y por primera vez en veinte años, no es segura la renovación. Y si me lo renuevan será con una importante subida. Por eso necesito vuestra ayuda: necesito que vuestra magia me ayude a mantener este alquiler. No puedo permitirme una mudanza, ni económica ni, sobre todo, anímicamente. Además, los alquileres son escasos, mi nómina baja y...y esa es mi petición: conservar el piso donde vivo. Y poderme permitir seguir pagándolo.

Y ahí terminan prácticamente mis deseos. Al menos los egoístas, los que implican cosas que quiero para mí.

Necesito, claro, mantener la salud. La física, al menos. Poder seguir yendo a trabajar cada mañana para seguir teniendo ingresos. 
Me gustaría también recuperar la estabilidad mental, pero igual eso ya no es de vuestras competencias.

Poco más. Salud también para los míos, tanto física como mental.  

Ya no os pido amor. He entendido que es algo que no merezco y que es absurdo seguir deseando. Que es como seguir pidiendo un juguete cuando ya eres demasiado grande para jugar con él, o cuando ya dejaron de fabricarlo. 
Este año ya no ha habido ninguna noche de despertarme y verle a mi lado y volver a dormir, ninguna mañana de verle al abrir los ojos. Tampoco ninguna tarde de acariciarle. Ni siquiera de tomarnos un café y otro para alargar el tiempo juntos, ni de largas conversaciones. 
Este año no ha habido nada de eso, por tanto entiendo que no lo merecí y que no he sido lo bastante buena como para pedíroslo. No insisto.
Pero, a cambio..., no, no 'a cambio' porque no se puede ofrecer lo que no se tiene... 
Pero sí. A cambio de pediros que esté conmigo, os pido que esté bien. Que sea feliz con la persona con la que está, con la que ya sé que lleva años. Que su salud mejore de una vez por todas, que no le pase nada más. 

Os pido paz para el mundo. El año pasado solo teníamos una nueva guerra, este año hemos sumado otra. Y esta otra os pilla en esas tierras donde os distéis a conocer al mundo, hace más de dosmil años.
Obrad vuestra magia y haced que pare la guerra. 

El resto de las cosas que seguro que os quisiera pedir probablemente ya las sabéis. Incluso las que ni siquiera yo conozco.

Mañana fingiré que me habéis traído unos pendientes que hacen juego con el colgante que compré este verano y que ni siquiera he llegado a estrenar. Y unos bombones de menta y chocolate. Pero sé que vuestra magia se producirá a lo largo del año.

Os dejo polvorones en la cocina, tenéis un panetone grande sobre el baúl del recibidor. Leche de vaca y bebida de soja en la nevera, algo de embutido si preferís algo salado, dos botellas pequeñas de cava. Plátanos y melocotón en almíbar. 
Y para los camellos hay zanahorias, calabacín y heno virtual. Y todo el agua que sean capaces de almacenar en sus jorobas.

Queridos Reyes Magos: tengo que creer en vosotros porque ya no me queda nada más en que creer.

Espero haber sido todo lo buena que sea necesario para que me concedáis lo que os pido.

Vuestra:
bruxana (o A.S.T.)


No hay comentarios: