domingo, 8 de septiembre de 2024

Lapsus.

 Empiezo los años en septiembre.

No necesariamente el 01 de septiembre. Más bien lo hago en el transcurso de ese mes, como una incorporación poco a poco a mi vida, una incorporación que muchos años ha sido un cambio de rutinas, de trabajo, de proyectos…
Hoy ya es 08 de septiembre. Llevo por tanto una semana de mes…y no he hecho nada.

Esta semana ha sido rara. Bueno, no exactamente. Ha sido una semana en que en varias ocasiones me ha desconcertado darme cuenta de la fecha.

El otro día…, no sé exactamente cual, leo en una especie de bando pegado en el escaparate de una tienda del barrio donde trabajo un aviso relativo al corte de calles por el paso de la Vuelta Ciclista. Y pienso "qué curioso, este año se ve que no va a terminar en Madrid. Igual se está conmemorando algo y han adelantado la etapa de Madrid…". Creo que mi cerebro tardó unos segundos en procesar la información y darse cuenta de que no se estaba adelantando nada: simplemente el día que indicaba el bando era el domingo en que terminaría el concurso ciclista y, como cada año, acababa en el centro de Madrid. Y que la fecha era completamente normal y totalmente cotidiana.

La otra tarde subía en el ascensor a mi casa, coincidimos varios vecinos. Se hablaba de las obras de la fachada del edificio. Creo que una de las chicas que subía es la persona que ejerce como Presidenta de la Comunidad porque es a quien preguntó otro vecino sobre el tema. Y cuando en el ascensor ya estábamos solas ella y yo, también le pregunté: 'entonces, ¿la obra empieza a finales de mes, de año?' (porque el 'a finales' había sido la respuesta a otro vecino). Y me resumió: que si la Junta para ir coordinando sería el día 12, que si en las fechas de las fiestas sería más complicado, que… Y estuve a punto de decir '¿el 12, que es festivo, vais a hacer la Junta?' No dije nada, llegaba a su planta y había más gente abajo esperando el ascensor. Mi cerebro en este caso tardó algo más en darse cuenta de que estábamos aún en septiembre, y no en octubre, en que el día 12 es festivo nacional. Y que las mencionadas 'fiestas' son las propias del municipio, las patronales de mediados de septiembre.

Han sido varios detalles de ese tipo.

La otra noche puse leche mezclada con agua a calentar en un cazo, para preparar puré de ése de copos deshidratados, que llevo probablemente dos décadas sin preparar y que de repente se me antojó porque descubrí en la alacena un paquete que compré en algún momento estos últimos meses. Mientras se calentaba, fui a quitarme la ropa de calle para ponerme una camiseta cómoda, como cada noche.
Cuando volví a la cocina esperando que el líquido ya estuviese hirviendo, me encontré con el fuego apagado. Cerré el mando de la cocina, abrí la terraza. No olía a gas. Pensé que se había agotado la bombona, no: pesaba. Tampoco en los días previos había dado síntomas de estar acabándose (soy capaz de identificarlo con varios días de antelación). Lo encendí de nuevo con algo de miedo…, funcionó perfectamente. Ha funcionado perfectamente estos días.
No soy capaz de explicarlo. ¿Abrí el mando del fogón pero no llegué a encenderlo? ¿Se apagó solo? ¿No llegué ni abrir el mando?

Me empiezan a preocupar estos lapsus. Me dejan una sensación de vértigo raro, de haberme asomado a un abismo o a una escena que no debería haber visto. Como si se abriera una grieta en el tiempo..., no sé. 

Hace unos días un compañero de trabajo mencionó determinado establecimiento (relacionado con el sector en que trabajo) de un barrio en que trabajé y donde él vive o ha vivido. Y me pregunté dónde estaba exactamente…o más concretamente, qué había en ese local hace 14, 15 años. Porque sí, está en el barrio de mi antigua 'empresita naranja', barrio que fue mi entorno laboral durante más de dos años y donde me cansé de ver los escaparates. Y como hoy en día te puedes 'pasear' por cualquier sitio sin moverte de la silla y simplemente dando al buscador de internet los datos que buscas…volví virtualmente a ese sitio, a esas calles de las que me despedí hace años (creo que fue en las navidades de 2016 cuando fui a propósito a eso, despedirme para siempre).
La sensación fue rara. Muy rara.
Porque tras aquella 'despedida consciente' aún alguna otra vez atravesé el barrio con el bus, tras algún 'café de sábado'.
Pero ahora ya sé que tampoco tendré esa excusa nunca más. Nunca volveré a quedar con él en ese barrio. Ya no es posible.
Y es 'paseo virtual'…me produjo también ese vértigo raro, ese volver a un sitio como en sueños.

Primera semana de septiembre. Extraña y vacía.
Con buenos resultados comerciales en el trabajo. Algo que también me da igual. Como en aquel septiembre de hace 15 años. 
También sé que este septiembre no me traerá nada. Y que sí me quitará, para siempre, una de las pocas cosas que me han atado a la vida estos últimos años. Tal vez el último espejismo de mi vida.
Algo que nunca fue realmente mío, aunque en algún momento lo creí porque también él me lo hizo creer.
Algo que ya nunca, jamás, podré siquiera soñar con tener totalmente y algún día.

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